jueves, 21 de abril de 2016

En el centenario del nacimiento del exalcalde, militar, escritor y periodista José María López Ramón

José María López Ramón, a la izquierda, y a la derecha el que fuera fundador de la delegación
de La Voz de Galicia en Ferrol, Francisco Valle Romero.
El pasado día 19 se cumplió el centenario del nacimiento de un ilustre hijo adoptivo de esta ciudad, José Mª López Ramón, nacido en Santiago de Compostela en abril de 1916. Se trata de un militar ilustrado, escritor, columnista, delegado en su tiempo de El Correo Gallego (1949-1959), casi al mismo tiempo nombrado director de la emisora de radio La Voz de Ferrol, papel que desempeñó hasta 1963, además de haber ejercido también como consejero delegado de Ferrol Diario, periódico que "apagó" su rotativa en junio de 1981, tras doce años saliendo a la calle. Estudió Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de Santiago y se retiró como coronel de su carrera militar como artillero.
            López Ramón fue también alcalde de Ferrol desde 1959 a 1963 y durante esta etapa se iniciaron las obras del Puente de As Pías y del renovado abastecimiento de agua. En su mandato se inauguró el tramo Mera-Ferrol del ferrocarril de vía estrecha (FEVE) y se fundó la Mancomunidad de Municipios de la ría de Ferrol. En 1963 fue nombrado Gobernador Civil de Ourense, cargó que ocupó hasta 1970. Maribel Outeiriño escribió en La Región, periódico de aquella ciudad, lo que sigue: "Teniente coronel, Alcalde de Ferrol, ex-combatiente voluntario en la Guerra, Procurador en Cortes, a pesar de todo López Ramón resultó ser un gobernador lo más parecido a un demócrata que se podía encontrar en aquellos años (década de los sesenta). Posiblemente, su experiencia como director de la emisora La Voz de Ferrol, le facilitó ser un Gobernador dialogante, próximo al ciudadano y conciliador, que puso de manifiesto su actitud durante el conflicto del embalse de Castrelo do Miño", concluye M. Outeiriño.
            En Ourense apoyó el establecimiento de cooperativas y el polígono industrial de San Ciprián. Fue un hombre preocupado siempre por los problemas de la emigración.
           
He conocido personalmente a José María López Ramón, hombre de exquisita formación y trato afabilísimo. Durante un tiempo fue columnista de Diario de Ferrol, entonces dirigido por un servidor. Si la periodista Maribel Outeiriño escribió que en su etapa como Gobernador Civil de Ourense "era lo más parecido a un demócrata", ya instalados en las libertades, nadie podía dudar de sus principios como tal.
            De fina y documentada pluma, poco antes de fallecer dejó escrito "Memorias periodísticas del Ferrol de los cincuenta". Su prologuista, el periodista y escritor Ramón Loureiro, subraya en el libro la relación que mantuvo con destacadas personalidades de las Letras Gallegas, tales como Torrente Ballester, Fernández Flórez, Cunqueiro, entre otros.
            En los últimos años de su vida estuvo muy identificado con el Club de Prensa de Ferrol, que lo nombró decano, papel en el que, a su muerte, lo relevó el dibujante, caricaturista, pintor y escritor, Siro López, hoy presidente también de la mencionada entidad de periodistas ferrolanos.
            Memoria y reconocimiento para José Mª López Ramón cuando se cumple el centenario de su nacimiento.
           

            

domingo, 3 de abril de 2016

Felipe Bello Piñeiro, gran paisajista gallego, en el 130 aniversario de su nacimiento

La sala de conversaciones, conocida como la "pecera", del Casino Ferrolano
El pasado día 20 de marzo se cumplió el 130 aniversario del nacimiento del paisajista Felipe Bello Piñeiro. Para muchos ferrolanos y ferrolanas sobrarán datos de su trayectoria, para otros no y, por descontado, serán de interés para quienes tienen residencia en otros lugares de España y del mundo. Hay que aprovechar la presencia en las redes, que es sinónimo, en clave virtual, de la ubicuidad.
Felipe Bello Piñeiro, según Tomás Barros
Felipe Bello Piñeiro, considerado el iniciador de la llamada Escuela Ferrolana de Pintura, nació en la localidad de O Seixo, concello de Mugardos, en marzo del año 1886. Finalizados los estudios de bachillerato, con catorce años, en  1900 ingresó en la Escuela de Artes y Oficios de Ferrol, donde tuvo como profesores a Eduardo de la Vega y Vicente Díaz, que lo animaron para que, al siguiente año 1901, ingresara en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, en donde fue discípulo de Muñoz Degrain y José Garnelo.
La primera exposición se celebró en 1909 en Santiago. En el año 1912, junto con el ferrolano Imeldo Corral, acudió a la Primera Exposición Regional de Pintura Gallega, celebrada en el Centro Gallego de Madrid. Su primera exposición individual la llevó a cabo el año 1913 en Ferrol.
El notable pintor fijó su residencia el año 1918 en O Seixo, donde fundó la Sociedad de Amigos del Paisaje Gallego. Durante un período de tiempo residió en Viveiro, donde escribió “La Cerámica de Sardadelos”, publicada en 1922. Fue una obra decisiva en la divulgación de la industria de cerámica gallega. Participó en exposiciones colectivas e individuales, celebradas en diversas ciudades gallegas: Segundo Salón de Pintura Gallega el año 1922 en Ferrol y el Tercer Salón en A Coruña el año 1923, además de acudir a exposiciones celebradas en Santiago y Vigo, y enviar obra a exposiciones de Madrid, Buenos Aires y Montevideo. 
           
Homenaje al paisaje gallego

            Obra importante de Bello Piñeiro fue la decoración de la Sala de Conversaciones (llamada la "Pecera") del Casino Ferrolano con unas simbólicas pinturas murales modernistas, únicas en su género en Galicia, realizadas en varias etapas, desde el año 1925 hasta el año 1936. Se trata de un homenaje al paisaje gallego. En una esquina del mural figura esta dedicatoria: “a un nombre de mujer que no diré nunca”. Su última exposición en Ferrol fue la celebrada en el Casino Ferrolano en mayo de 1950. 
            Felipe Bello Piñeiro fue nombrado miembro correspondiente de la Real Academia Gallega en diciembre de 1928 y académico de número de la Real de Nuestra Señora del Rosario en febrero de 1942. 
En su discurso de ingreso en la Academia de Bellas Artes coruñesa trató de la historia y características de la pintura gallega, y en abril de 1951 cedió a la citada Academia su archivo personal de documentos relacionados con su obra pictórica.
Falleció donde nació, en O Seixo, el 9 de Diciembre de 1952, cuando contaba 65 años de edad. Una calle de Ferrol lleva su nombre.
           

Uno de los entendidos de la obra de Bello Piñeiro era el intelectual y también pintor ferrolano José Leyra Domínguez. Este publicó en la revista de poesía Aturuxo (1952-1960) un hermoso texto obituario: "Nuestro amigo fue un artista puro y sincero, un carácter noble, un hombre bueno, muy bueno, de bondad angélica. Aquel desolador aforismo de Gogol "entraña una gran tristeza no ver el bien en el bien" falla ante él", remarca Leyra, y añade, refiriéndose a su talento "nadie como él, en toda Galicia, sabía pintar los pinos recortados en la última linde de las crestas finales".
           
Escuela de pintores ferrolanos

            José María López Ramón, militar ilustrado y periodista, amigo de Bello Piñeiro, al que entrevistó en varias ocasiones, también hablaba del "aspecto bondadoso que se desprendía de toda su personalidad". El autor de "Memorias periodísticas del Ferrol de los cincuenta" reproduce declaraciones que le hizo el pintor mugardés reafirmándose en la escuela de pintura local y lo hizo en el curso de una colectiva de artistas plásticos ferrolanos, que se llevó a cabo en el Casino de la ciudad a favor de  las cofradías de Dolores. Felipe Bello dijo:
            "En esta exposición hay una coincidencia en el espíritu, la temática y hasta, sorprendentemente, en el estilo...después cada uno irá dejando en la ejecución más o menos acertada, la impronta de su personalidad...la técnica es la impresionista: plasmar en la tela la visión emocionada de la tierra natal....en otras ciudades no se ha logrado como aquí la formación de un homogéneo núcleo de pintores que coincidan en la misma inspiración, en idéntico ideal....me recuerda las escuelas paisajísticas inglesas de finales del siglo XVIII y principios del XIX".

            En el curso de de este diálogo con López Ramón, el maestro Bello Piñeiro recordó también "la antigua escuela con nombres tan gloriosos como Juan Alonso, Jenaro Pérez Villaamil, Vicente Díaz, Máximo Ramos, Álvarez de Sotomayor...           

domingo, 27 de marzo de 2016

Lunes de Pascua, romeros a Chamorro


En el pórtico de la ermita de Chamorro hay o había una lápida ilegible (1881) que en el primer renglón dice "31 de octubre de 1691", que podría pasar por la fecha de su edificación si no fuera que Montero Aróstegui señaló en su Historia de Ferrol que ya en 1666 los vecinos de Serantes acudieron al obispo de Mondoñedo pidiendo permiso para fundar una cofradía a favor de aquel solitario santuario. Precisamente, en la súplica aducían que había "largos tiempos" que concurrían muchas gentes a visitar la imagen. Vemos, pues, que los orígenes del santuario de Chamorro hay que ir a buscarlos mucho más atrás en el tiempo a 1666. Rodrigo Sanz en el Anuario de 1903  baraja la hipótesis del siglo XVI.

Cabe añadir que en épocas de sequía o temporales que afectaban a las cosechas, las corporaciones, acompañadas del clero, acudían a implorar la intercesión de la Virgen de Chamorro, también conocida como Nosa Señora do Nordés. Así lo hizo la antigua villa en 1628 y así lo volvió a ejecutar en el 1859, llevando la imagen el 22 de junio a la iglesia de San Julián, donde se celebró un novenario, sacándola, con las demás imágenes, en la procesión del Corpus Christi, para devolverla el 3 de julio al santuario.

De la imagen, el historiador ferrolano dice que es una escultura muy descuidada y tosca, síntoma de su antigüedad. "No se le ven los brazos y parece que sale de su pecho la imagen de Jesús. La cabeza está adornada con peluca y un rostrillo de plata sobre el que luce una corona del mismo metal".

Por lo que respecta  al nombre, Montero Aróstegui pregunta como Sarmiento si Chamorro provendrá de "Clamore" o estarán más en lo cierto los historiadores que derivan el nombre de la virgen del que ha llevado siempre el monte (que se alza 174 metros sobre el nivel del mar) en que se asienta la iglesia. Hay otras teorías de menor consistencia como la que reza que un día un pescador, con el bote a punto de hundirse bajo el mar embravecido, implora ayuda a la Virgen del Nordés y angustiado, exclama: "Xa morro". La Virgen lo salva y desde entonces se denomina al lugar, la ermita de Chamorro". Lo que todos sabemos -escribe José Novo y García-  es que en la fecha probable de su construcción, Ferrol contaba menos de 400 vecinos y pertenecía al señorío de Lemos.

En el aspecto anecdótico, desde tiempo inmemorial los grafiteros han dejado su huella y sus mensajes en las paredes de la capilla. José Novo y García escribió "tengo para mi que esto debe ser complemento de la devoción...Los franceses tendrían allí un álbum y harían pagar por escribir". Uno de los grafitis, según un trabajo publicado en el Anuario de 1903, firmado por Rodrigo Sanz, dice lo siguiente:

Si non veño a Chamorro
de mal de amores morro
eu veño ofrecido
pra que ela me cumpla.
o seu prometido.

Otra inscripción muy curiosa dice:

Año de 1880.
A.R.J.C.
Una promesa cumplida
y en concluyendo, a comer.

Novo y García señala con mucha gracia "no sé cuando, pero sé que en Chamorro se armó la gorda; se armó de lo primero que hubo a mano y escribió en la pared":

No es pequeño sacrificio
el que una gorda aquí llegue;
agradézcalo la Virgen
si estas cosas agradece.


Tradicionalmente, con tiempo favorable, los alrededores de la capilla se convertían y convierten, aunque ahora menos, en un comedor campestre en donde numerosas pandillas de familias y amigos confraternizaban degustando las típicas viandas: empanadas, tortillas, ensaladilla rusa, bistés panados...todo ello regado de un buen vino guardado en bota para la ocasión. Como no podía ser de otra manera, a las postres se organizaban coros espontáneos que daban rienda suelta a sus eufóricos registros acompañados de alguna guitarra, acordeón o gaita...y así hasta la hora del regreso a casa al anochecer.
 
Obviamente, desde primeras horas de la mañana se ofician misas para los devotos, con salida de procesión solemne hasta una fuente que existe en las inmediaciones y retorno. Los romeros acceden al santuario por dos itinerarios: por el lado orientado hacia el sur, monte arriba (en algunos casos de rodillas, con enorme sacrificio dado lo agreste de la zona) y por el lado norte en ascenso a pie por el asfaltado partiendo de la carretera Ferrol-Covas. En las proximidades de la capilla suelen asentarse puestos de venta de rosquillas y otros productos artesanos así como exvotos, que representan desde cabezas humanas hasta brazos, pechos y piernas, o velas para cumplir la promesa alumbrando a la Virgen. La Policía Local suele articular un dispositivo especial para regular el tráfico.


Otros datos: La carretera data de los años 50
Hasta principios de los años cincuenta del siglo pasado, el acceso a la ermita se hacía por un camino abrupto, pero en el verano de 1951, con motivo de las visitas que hacía el dictador Francisco Franco se inauguró la carretera que hoy conocemos. Así lo narraba El Correo Gallego:

Cierto día de un mes del verano pasado -esto se escribe con fecha 2 febrero de 1952- una pequeña expedición automovilística penetró en Ferrol por la Puerta Nueva, subió sin detenerse por la carretera que sale a Serantes, tomó la cuesta que alcanza a Serantellos y por la nueva vía abierta recientemente llegó y se detuvo ante la ermita de Nuestra Señora de Chamorro. Pocas personas formaban la comitiva y menos la aguardaban. Bajaron del coche Su Excelencia el Generalísimo y su esposa, entraron en la Iglesia, oraron, salieron a contemplar desde la altura el paisaje [...] Pocos instantes después, los automóviles partían de nuevo para su lugar de procedencia. Así, de este modo tan sencillo quedaba inaugurada con solemnidad extraordinaria, valga la paradoja, la nueva carretera a Chamorro.

Estaciones del Vía Crucis

¿Y los monolitos colocados sobre la cuesta? También de El Correo Gallego entresacamos:

Los primeros tienen grabados sobre tres de sus caras, uno de los misteriores del santo Rosario, tres inscripciones correspondientes a los gloriosos, gozosos y dolorosos.
Las estaciones llevan un número romano, el de orden, y una pequeña placa dice a intención de quien fue construido. 
Misterios
I, a intención de la Marina
II, a la de don Pablo Martín Alonso
III, a la del Ayuntamiento de El Ferrol del Caudillo
IV, a la de don Juan A. Suanzes
V, a la del Ejército.
Estaciones del Vía Crucis

I, a intención del Arzobispo Quiroga,  
II, a intención de la Marina española, 
III, a la de la familia Vierna, 
IV, a la de la familia Rivas, 
V a la de don Ramón Díez de Rivera, 
VI a la de la familia Sola, 
VII a la de la familia Regalado, 
VIII a la de Don Alfonso Molina, 
IX ,a la del Ayuntamiento de Puentedeume, 
X, a la de la familia Nores, 
XI, a la de la familia Moreno Aznar, 
XII, a las de la parroquia de Serantes, Diputación Provincial y Falange Española Tradicionalista y de las Jons, 
XIII, a la de la familia Uriarte, 
XIV a la de la familia García Amor. 
Estos monumentos fueron construidos en un proyecto del ingeniero don Francisco Dopico, a indicación de la comisión encargada de llevar a cabo esta obra. Buscó para ello un estilo románico-gallego que entonase con el paisaje sobre el cual se asientan y que realizó Don Manuel Barros, siguiendo para las letras y números de las inscripciones, los dibujos de la época que trazó Don Gabino Rico, la piedra de ahí el tono oscuro acorde con el color de la tierra circundante. ¿Es la misma que desde sabe Dios cuántos años se encuentra en el monte?








martes, 22 de marzo de 2016

Espectacular salto de la Semana Santa ferrolana: ha pasado de ser la mejor del Norte de España de los años 80 a la actual Fiesta de Interés Internacional

"Semana Santa ferrolana 1987"
De una Semana Santa vacía de los años 50 a una Semana Santa declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional de nuestros días va un largo trecho, que cuenta como hitos principales la catalogación en los años ochenta como la mejor del Norte, la declaración en 1995 como Fiesta de Interés Turístico Nacional y en el 2014, Fiesta de Interés Turístico Internacional. Cuentan las crónicas de la época, mediados del siglo pasado, que los actos de la Semana Santa hasta entonces se reducían exclusivamente a las funciones litúrgicas señaladas en el Ritual Romano para todas las iglesias católicas.

Fray Ricardo Sanlés, mercedario, relata que los misales para los fieles aún no estaban extendidos, aunque ya el Lefebre comenzaba a propagarse, de suerte que las funciones de iglesia no se vivían "ni saboreaban" como, sin embargo, comenzó a suceder, superada la segunda mitad del siglo XX. Las personas pudientes abandonaban la ciudad y se dirigían al Sur para contemplar la Semana Santa andaluza en todo su esplendor. Otras preferían las solemnidades de las grandes abadías y monasterios donde estas funciones litúrgicas alcanzaban un espíritu y una vida que solo los monjes podían comunicar con sus voces, sus ceremonias, su unción y su espíritu, a la vista de las cuales "toda alma, sea cristiana o pagana, era arrebatada en éxtasis, con ansias de lo infinito", escribe Sanlés.

El resto de las personas que se quedaban en la ciudad, que era casi la totalidad de la población no podían darse a otra cosa, además de las funciones de culto, que el barroquismo de los monumentos del Jueves Santo, la oficialísima procesión del Santo Entierro y "la siempre muy devota de "Os Caladiños".

Ya sería a partir de los años 50 cuando empieza a cobrar relevancia la Semana Santa ferrolana con unos programas que se van ampliando y que poco a poco van enriqueciendo los procesionarios, al tiempo que las cofradías multiplican sus esfuerzos organizativos. En el año 1958, por ejemplo, se cubrían los siete días de la semana, aunque el calendario estaba hegemonizado mayoritariamente por los cultos religiosos y pocas procesiones todavía, entre las que destacaban el Cristo de los Navegantes, Santo Entierro y "Os Caladiños".

No pretendo hacer un recorrido exhaustivo por todos los años que median hasta la actualidad, que sería prolijo y aburrido, simplemente hacer referencia a tramos de tiempo para ver la evolución de este fenómeno. En el año 1987 firmaba un servidor un cuadernillo especial de La Voz de Galicia, integrado por 16 páginas y que estaba dedicado a la Semana Santa. Conservo el documento porque creo recordar que era uno de los primeros de su género que se hacían en la delegación de Ferrol. Abría este especial con unos titulares que contabilizaban trece procesiones. En un antetítulo indicaba que  la Semana Santa movilizaba a unas cien mil personas. En tres décadas se había dado un salto de gigante y las nuevas corporaciones democráticas afrontaban la programación con ayudas económicas en la medida de las posibilidades que permitían los presupuestos municipales y dispuestos a remar todos en la misma dirección teniendo en cuenta, por encima de credos, que era un acontecimiento que podía dejar sus buenas divisas sobre todo al gremio de la hostelería. Añadiré que a esas alturas ya se consideraba la mejor Semana Santa del Norte de España. Pues bien, de las trece procesiones del año 1987 hemos pasado actualmente a veinticinco, organizadas por cinco cofradías, según obra en la web de la Junta General de las Cofradías.


A la vista está el espectacular salto que, sobre todo, de los años ochenta del siglo pasado a esta parte, ha dado a Semana Santa local que ha alcanzado ya el mayor grado de reconocimiento oficial. Un fenómeno cultural y religioso, que se ha convertido, a tenor de las cifras multitudinarias de visitantes, en una importante fuente de ingresos, con gran animación en las calles y plazas, pujanza que valoran en su justa medida tanto creyentes como agnósticos.

lunes, 14 de marzo de 2016

Seis años antes de "Ferrol Diario" (1969-1981) abortó el intento de un periódico avalado por las editoras de "Faro de Vigo" y "El Correo Gallego"

Los titulares de la entrevista publicada en el "Faro de Vigo"
Recientemente, descubrí por un recorte de prensa del Faro de Vigo del 09-06-1963, que gentilmente me hizo llegar la profesora e investigadora Eva Ocampo, que seis años antes de que naciera Ferrol Diario, el alcalde de entonces Rogelio Cenalmor Ramos hizo gestiones ante los propietarios del rotativo vigués y la Editorial Compostela para la puesta en marcha de un periódico en Ferrol. Todo un hallazgo. Nunca había oído hablar de esta iniciativa, de la que, por otro lado, al menos hasta ahora, tampoco tengo más datos que los que aparecen en la entrevista del rotativo olívico: "Faro de Vigo recibió ayer la visita del alcalde de El Ferrol del Caudillo, D. Rogelio Cenalmor Ramos, hombre joven y entusiasta de todo lo que afecta a la ciudad de la que es primera autoridad. Ha venido a resolver, entre otras cosas, lo relacionado con el nuevo periódico que se editará próximamente en la urbe departamental", dice el cronista Larrañaga introduciendo la entrevista.
En el curso del diálogo, Cenalmor Ramos señala "la creación de un periódico ferrolano es una necesidad palpitante, urgente, para la ciudad que represento". El regidor destaca que su Ferrol requiere una voz propia "sin necesidad de voceros extraños que, posiblemente, pueden tener alguna contradicción de intereses con los que son primordiales para la ciudad departamental". Recordaba en esta entrevista que Ferrol había tenido un periódico que era el decano de la provincia, en clara referencia a El Correo Gallego. "Ahora -sigue diciendo- debido a la expansión de la ciudad y de la comarca es necesario ese periódico. Lo considero vital, urgente. Es la solución de un grave problema. Me congratulo de que se resuelva con toda rapidez".
La conversación continúa por otros derroteros y el alcalde ferrolano termina deseando que el periódico de Ferrol sea pronto una realidad y "agradece a la Editorial Compostela y a Faro de Vigo por dotar a nuestra ciudad de un órgano propio de expresión", palabras que el entrevistador redondea "pronto la ilusión de la que se hace eco será una realidad".
Es curioso porque, finalmente, ese periódico no llegó a salir a la calle y sería seis años después cuando La Región de Ourense, que obviamente nada tiene que ver con las citadas editoras de Faro de Vigo y El Correo Gallego, materializara la aspiración, al lograr, con el apoyo de emprendedores ferrolanos, entre los que tenía peso específico la familia de Enrique Botas, poner en marcha el Ferrol Diario. ¿Qué periódico sería el que gestionaba Cenalmor Ramos con el concurso- sorprendente alianza- de las editoras de Faro de Vigo y El Correo Gallego?


domingo, 6 de marzo de 2016

Se cumple un año del fallecimiento de Luis Mera

Luis Mera, en el centro, con los organizadores de su homenaje (31-05-2013). Falta Manuel Patinha

Luis Mera Naveiras
Se cumple un año (08-03-2015) del fallecimiento del amigo Luis Mera Naveiras. Cuesta llevar su ausencia, sobre todo si se tiene en cuenta que nuestra amistad fue larga y duradera, con un objetivo alrededor del cual se tejieron horas de encuentros, de conversaciones, de puesta en común de ideas e iniciativas que favorecieran la marcha del Club de Prensa de Ferrol. Al poco de ponerse en marcha la entidad periodística, allá por el año 1989, lo llamé invitándolo a que se incorporase al consejo de redacción fundador del FerrolAnalisis. El era el crítico musical de La Voz de Galicia, periódico en el que yo prestaba servicios por aquella época. A partir de ahí, Mera fue un colaborador noble y leal, que jamás regateó esfuerzos y que desde su proverbial papel de hombre de retaguardia, respaldaba, alentaba, daba seguridad y marchamo de éxito al trabajo que, codo con codo, desarrollábamos. A partir de 1999 cuando el que suscribe abandona las responsabilidades como presidente del CPF, el amigo Mera pasa a formar parte de la Junta Directiva como secretario y se convierte en el alma máter, el garante de las actividades del mencionado Club.
En adelante, Luis me llamaba casi todos los días, me consultaba, me pedía consejo, contrastaba conmigo sus pareceres y decisiones...y así hasta el final. Un año después de su óbito, tengo la sensación de que continúo hablando con él, de que seguimos con el cruce de correos, informes, cartas, trabajos que llegaban para FerrolAnalis, e-mails que siguen ahí, sin destruir en el disco duro de mi ordenador. Sin duda, la figura de Luis Mera permanecerá imperecedera en mi particular memoria pero también en la memoria colectiva porque no solo en el Club de Prensa dejó su impronta en las últimas décadas sino también institucionalmente -fue asesor cultural municipal y miembro de la comisión de música del Consello da Cultura Galega- y participó activamente en la fundación de entidades privadas, tales como Ateneo y Liceo Rubia Barcia, entre otras iniciativas en las que destaca como investigador musical y recuperador de la faceta de compositor del concertista de piano, niño prodigio ferrolano, aunque circunstancialmente nacido en Betanzos, Pepito Arriola.
¡Luis Mera, siempre presente!


viernes, 4 de marzo de 2016

Ferrol, ciudad prolífica en cabeceras periodísticas mensuales a lo largo de los siglos XIX y XX

Algunas de las cabeceras mensuales editadas en Ferrol en los siglos XIX y XX
Estos días  toca hablar de prensa local   con motivo de la aparición de O Ferrolán, un periódico mensual de cuyos contenidos informativos se ocupa la recién nacida agencia "Pingota Comunicación" formada por tres mujeres periodistas con sabia veteranía en el oficio.

Este hecho novedoso me llevó a repasar someramente la historia de la prensa ferrolana y a fijarme fundamentalmente en las cabeceras mensuales que hasta aquí han sido. Consulté "Historia da Prensa Ferrolá", de Guillermo Llorca Freire, prologado por Germán Castro,  y "Ensayo en torno al periodismo ferrolano (1845-1987) de José Leyra Domínguez, con prólogo de Carlos Martínez Barbeito.

Con periodicidad mensual hay un importante números de boletines que se podían encuadrar en lo que se llama prensa sectorial,  relativa a la Enseñanza, Círculo de Maquinistas de la Armada, Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación, Círculo Católico de Obreros, entidades sanitarias y entre ellos destacaré el Boletín Mensual de Irmandade da Fala de Ferrol, editado en los años 1921 y 1922 en el que aparecen como redactores Jaime Quintanilla Martínez y B. Torres.  Se autotitula como "un modelo de entusiasmo gallego, de inspiración socialista y de calidad intelectual". Suárez Picallo decía "se trata de probar que el nacionalismo gallego es también internacionalista".

Haré referencia a Céltiga "Novela mensual ilustrada", que duró en la calle desde marzo de 1922 hasta enero de 1923. Se tiraba en la imprenta de El Correo Gallego y su director  y fundador era Jaime Quintanilla. La publicación se alineaba con las tesis de la "Irmandade da Fala", que se esforzaba en promover el uso del idioma gallego, fundamentalmente en la prosa en la que se notaba desde el Rexurdimento un vacío con respecto a la poesía. En un principio se orientó a la narrativa, pero luego acogió obra teatral y una lírica. En la casilla de colaboradores, entre otros, Villar Ponte, que pronto se conmemorará el 80 aniversario de su fallecimiento, Novoa Santos, Correa Calderón, Cabo Pastor y Charlón y Hermida. Estaba previsto en el número 14 un trabajo de V. Risco, pero no se publicó porque la editorial desapareció bajo la dictadura de Primo de Rivera. Entre los ilustradores: Camilo Díaz Baliño, C. González, I. Corral, Bello Piñeiro, L. Seoane y Castelao. Se vendía al precio de 30 céntimos. Escrita totalmente en gallego.

También se relaciona en las fuentes consultadas Saudade, revista ilustrada, editada entre noviembre de 1924 y enero de 1925, en la que también aparece como redactor Jaime Quintanilla Martínez y abarcaba varias secciones: ecos de sociedad, información teatral, Galicia artística y monumental, deportes, temas literarios...Se vendía al precio de 0,50 céntimos.

En el año 1931 se registra, sin aportar datos en qué fecha cierra, Ferrol Libre, bajo la dirección de Francisco Rodríguez Dopico. En su editorial se dice "periódico vibrante y sincero inspirado en las normas de la libertad y el derecho". Tres años más adelante sale a la calle El Kardeciano que llega a publicar 22 números, desde septiembre de 1934 a junio de 1936. Su director era Rodrigo Sanz, abogado. La publicación de carácter mensual estaba impulsada por el colectivo de espiritistas "Amor y Caridad". El primer número se distribuyó gratuitamente y los demás sucesivamente a 20 céntimos. Toma el nombre del escritor francés Allan Kardec, seudónimo de Leon Rivail, fundador de la "Sociedad Parisiense de Estudios Espiritistas". Se tiraba en la imprenta "La Artística".

Un año antes del llamado Alzamiento Nacional se editaba ¡Alerta! órgano de unificación de juventudes marxistas. Empezó con periodicidad mensual y acabó siendo quincenal, de septiembre de 1935 a julio de 1936. Se le puso el precio de 15 céntimos y era distribuido por la Asociación de Repartidores y Vendedores de la UGT.

En la posguerra se editó en Ferrol Galas, que duró diez números, desde agosto de 1946 a mayo de 1947, cuando la autoridad gubernativa la suspende a causa de un artículo crítico relacionado con la construcción del nuevo edificio consistorial y el traslado al Paseo de Herrera del monolito de Churruca. Galas estaba editada por "Pitybal", era la primera empresa de publicidad de Ferrol. Entre sus colaboradores, Carballo Calero, Sixto Seco y Rodrigo Sanz. Se repartía gratuitamente un sábado al mes entre los espectadores de butaca del "Cine Avenida".