lunes, 22 de febrero de 2016

"Ferrol, su historia, sus gentes", 30 años después de la edición de un ciclo de conferencias que revisó el perfil sociológico y urbano de la ciudad naval


La capa del libro         

En 1986, hace 30 años, la entonces Caixa Galicia, a través del Aula Cultura de Ferrol, editó las conferencias íntegras del ciclo "Ferrol: su historia, sus gentes", que se desarrolló de enero a junio del año anterior, 1985.  A mi modo de ver, se trata de un documento que revisa la historia, costumbres y lenguaje cultural de la ciudad departamental. Es un repaso a las diversas aristas del perfil sociológico y urbano, elaborado por destacadas personalidades de la vida local. 
Es decir, son ponentes de voz autorizada que relaciono entre paréntesis con los temas expuestos tal como aparecen en el libro: "300 años de la historia de Ferrol 1550-1850" (Juan A. Rodríguez-Villasante Prieto), "El urbanismo y la arquitectura de Ferrol 1750-1930" (Alfredo Vigo Trasancos), "Movimientos sociales y culturales en la historia contemporánea de Ferrol" (Guillermo Llorca Freire), "Chonys, Chachis y Chonacas" (Javier Rodríguez García), "Ingeniero Comerma" (Luis Puig Mosquera), "Jergas, argots y dichos del habla ferrolana" (Mario Couceiro), "Aportación de Ferrol ás Letras Galegas" (Ricardo Carballo Calero), "Canciones y músicas ferrolanas" (Antonio Martínez Barcón), "Ferrol en la literatura" (José A. Ponte Far), "Ferrol y su ría: relación recursos contaminación" (José Graña Carrodeguas), "La pintura ferrolana" (Andrés Mosquera Rodríguez), "El deporte en la historia de Ferrol" (Juan Fernández García), "Del ayer al mañana: una perspectiva de la enseñanza en Ferrol" (Nona Inés Vilariño), "Ferrol: ¿una ciudad enferma?" (Fernando Márquez), "Tres personajes ferrolanos" (José Luis Comellas García-Llera), "Tipos populares de Ferrol" (Siro López Lorenzo) y "Ferrol en el recuerdo" (José Manuel Gabeiras Montero).
En una nota preliminar se dice: "no se incluye la primera conferencia "Historia Medieval de Ferrol", pronunciada por María Xosé Rodríguez Galdo, vicerrectora  de la Universidad de Santiago, por no tener en nuestro poder la autorización expresa de la interesada para la edición de su conferencia, después de haberle sido requerida". Una pena, añado yo.
No sería mala idea -dejo la sugerencia en pie- que la propia entidad, hoy "Abanca", reeditara este volumen. Estoy convencido de que tendría una fenomenal acogida. Es obligado recordar que este ciclo fue coordinado por el responsable a la sazón del Aula de Cultura de Ferrol, Ángel García Sixto, quien en la presentación señalaba, en apología de los valores propios: "Cuando cualquiera de nosotros nos encontramos fuera de Ferrol y por nuestro acento nos preguntan si somos gallegos, no contestamos sí soy gallego, sino que decimos sí, soy de Ferrol". García Sixto añade "Tenemos nuestra historia, tenemos nuestra arquitectura particular, tenemos nuestro trazado urbano especial...por eso hay quien definió a Ferrol  como "la ciudad en la que todos sabemos de matemáticas y nadie inventó un teorema", con la carga de ironía que queramos ponerle".
El coordinador y responsable del Aula de Cultura continúa desmenuzando las señas de identidad: música, canciones, modo de hablar, tipos populares, personajes famosos, grandes escritores, la pintura, el escudo de armas, la gastronomía y los tres barrios castizos: Canido, Esteiro y Ferrol Vello.
En suma, el libro "Ferrol: su historia, sus gentes" es una manera seria y al mismo tiempo distendida de hacer un paseo por la intrahistoria ferrolana, de ahondar en la particular forma de ser, aspectos en los que siempre, personalmente, siendo de sangre chairega y ferrolano de nacimiento y residencia, me he interesado. Al respecto, diré que en el primer número de FerrolAnalisis, revista que edita el Club de Prensa de Ferrol, se vuelve sobre la historia de Ferrol, con autores diferentes y desde ópticas también distintas, aunque coinciden algunos contenidos y firmas. El que suscribe se ha permitido en los números 1 y 2, ensayar con los títulos "Ferrol, cidadade combativa, non conflictiva" y "O ferrolanismo: as nosas señas de identidade", lo que prueba la personal curiosidad por descifrar el perfil del "homo ferrolanus".

lunes, 8 de febrero de 2016

El poeta chairego Manuel María (1929-2004) y la revista ferrolana "Aturuxo" (1952-1960)

Capa de la revista ATURUXO y uno de los poemas de Manuel María
Manuel María
ATURUXO. Revista de Poesía e Crítica" se editó entre los años 1952 y 1960, con sede en Ferrol. El Centro de Investigacións Linguísticas e Literarias Ramón Piñeiro (Xunta de Galicia) tuvo la feliz idea, allá por el año 1994, de reeditarla en facsímil, proyecto que dirigió el ferrolano Luis Alonso Girgado. Esta publicación, de la que me ocuparé en otro momento, porque vale la pena recuperarla en "Acotaciones", tuvo siempre como directores a Tomás Barros y Miguel C. Vidal, salvo en el último número que aparece solo M. C. Vidal. Como ilustrador contó con Isaac Díaz Pardo, autor de la imagen que la revista mantendría en portada durante su vigencia (un hombre lanzando un aturuxo), que sería relevado en los números 10 y 11 por el pintor Ricardo Segura Torrella.

Fueron colaboradores desde Ricardo Carballo Calero, hasta Vicente Alexandre y Álvaro Cunqueiro pasando por una larga relación, de la que cito solo unos cuantos: Franco Grande, González Garcés, Celso Emilio Ferreiro, Aquilino Iglesia, Leopoldo de Luis, Luis Pimentel, Luis Felipe Vivanco, Luz Pozo, Fernando Pérez-Barreiro Nolla, Mario Couceiro...casi todos destacados en las antologías de este género literario. Hay que añadir que los coordinadores tenían un riguroso criterio selectivo. Vamos, que no publicaba cualquiera en ATURUXO. Entre los elegidos está el poeta chairego, al que este año se rinde homenaje en las Letras Galegas, Manuel María. Precisamente, el volumen facsímil abre con una cita de su "Carta a Luis Pimentel", uno de los poemas que publicó en esta revista. Haré un brevísimo itinerario:

Con "Cousa sin nome", se estrena Manuel María en el número 2.

Cousa sin nome, luceiro espavilado
eu quixera ó orballo nomearte.
Quixera darche as miñas verbas
que teñen o tempo da voz e das campás....

Posteriormente, en el número 6 publica "Os Bois"

Toda a tenrura que levan os bois,
como unha néboa, nos seus ollos,
dame medo.
É como si o mundo enteiro
quedase en soedá, eternamente triste,
i-os bois gardasen a tenrura do mundo
nos seus ollos quedos, inmovíbeles,
nos que están presos as rulas, a noite
i-as canciós.....

No sería ya hasta el número 10 en el que reapareció Manuel María con "Carta a Luis Pimentel". Luz Pozo en un texto introductorio a la edición facsimilar escribe: "O número 10 de ATURUXO quedará na historia da poesía de Galicia como una entrega emblemática pola homenaxe póstuma ó poeta Luis Pimentel. Hai poemas admirables e textos importantes e evocadores...ATURUXO conciliou voces e prantos moi achegados ó poeta desaparecido. Hai poemas admirables. Cada quen aporta a súa chama de emoción. Alí está a gran chama de Álvaro (Cunqueiro). A chama de Aquilino (Iglesia Alvariño). E a lampada votiva do discípulo máis fiel: Manuel María".

Ti eras pra min como un irmán maior e bon: por iso
quedóu pra sempre en min sementada a túa voz.
Lémbrome de ti nas tardes craras, cando as campás
tanguen doentes pra matar o silencio da tardiña...

Finalmente, en el número 11, último de la publicación, Manuel María incluye "Égloga do meu muíño"

¡Qué ledicia moer os nosos sonos
no muíño roulón, coberto de hedras,
que un herdou dos pais de seus abós!
Ista fariña é pan sinxelo e bon
que denantes foi espiga, e froleceu
na dourada seara do meu peito...

No tuve la oportunidad de tener trato con este gran poeta chairego. Únicamente conservo en la memoria un breve encuentro que mantuve con él al término de una conferencia que viniera a impartir al Aula de Cultura de Caixa Galicia (Ferrol), dentro del ciclo "As poéticas galegas do século XX", bajo el título "A poesía de Xosé María Díaz Castro", acontecimiento cultural que tuvo lugar el 6 de abril de 1995. Después de advertirle de mi grado de parentesco con Díaz Castro, en conversación bis a bis, Manuel María se explayó en apreciaciones y anecdotario, que más pertenecían al ámbito familiar y privado de Xosé do Vilariño.

Tomé la iniciativa tiempo después de transcribir íntegramente la conferencia de Manuel María sobre Díaz Castro, texto que le hice llegar a Alfonso Blanco Torrado, cura de Guitiriz, ensayista, gran dinamizador sociocultural, divulgador de la obra y figura de Díaz Castro, al que se debe en gran medida que fuese homenajeado en las Letras Galegas 2014 y también coordinador de la Fundación Manuel María da Terra Cha. Quede esta referencia tempranera como modesta aportación al año dedicado al autor de "Muiñeiro de brétemas" (1950) por citar la primera de su voluminoso legado poético.









sábado, 30 de enero de 2016

El "Diario Ferrolano" (1903-1917) fue el primero de España en disponer de estación de telegrafía sin hilos



La sede del Diario Ferrolano, a la izquierda en la foto del archivo Nores Castro
José Leyra Domínguez en su "Ensayo en torno al periodismo ferrolano (1845-1987)" dejó escrito que en el año 1905 se había producido un acontecimiento de gran trascendencia, dentro de la historia del periodismo ferrolano. En dicho año se puso, por primera vez en España, un servicio propio de telegrafía sin hilos, al servicio del periódico, en su segunda etapa fundacional, El Diario Ferrolano (1903-1917), que en determinado período estuvo dirigido por Wenceslao Fernández Flórez. En el número 659, de fecha 5 de mayo de 1905, viernes, se resalta este hito pionera, cuando el rotativo tiraba 1.000 ejemplares frente a los 4.000 de El Correo Gallego.

Describe Leyra de la siguiente manera: "Junto al Palacio de Capitanía General se alzaron unos postes de 36 metros de altura, sostenedores de las antenas propulsoras de la onda eléctrica con que se comunicaban Ferrol y La Coruña, estrechándose, de esta manera, más los lazos de estos dos grandes pueblos del Arco Ártabro".

Entre los datos que facilita acerca de las referidas instalaciones subraya que representó un desembolso inmediato de 60.000 pesetas de las que 50.000 correspondían al coste de los aparatos necesarios, adquiridos a la casa "Telefunken", de Berlín; diez mil se habían ido a la construcción de los postes, las dietas de los ingenieros, el montaje de la citada casa alemana y otros.

La redacción del periódico aquel memorable día dirigió un primer radiograma que decía: "Mayordomo mayor Palacio, Madrid. Al inaugurar Diario Ferrolano sus estaciones de telegrafía sin hilos entre Coruña y Ferrol, complácese en dirigir a S.M., su primer radiograma, diciendo: "Viva el Rey!" Ruego  V.E., comuníquelo Monarca". Era el director Adolfo Lahorra y propietario-gerente, Rafael Barcón, hijo de Francisco Barcón, familia que luego compraría El Correo Gallego uniéndose los dos periódicos para acabar sobreviviendo este y desapareciendo el Diario Ferrolano.


Para aquella época, el precio del Diario era el de una peseta al mes, en provincias, cuatro por trimestre, en el extranjero nueve pesetas. "De todo su afán científico -escribe Leyra Domínguez- quedó solamente el triste epigonismo de una literatura casi encadenada a la disciplina política, incompatible con un mínimo necesario para la libre expresión artística".

De El Diario Ferrolano  Guillermo Llorca Freire, autor de "Historia da prensa ferrolá", recoge en su libro parte del relato que el propio Fernández Flórez hizo de su paso por Ferrol:
"Era un periódico considerable, de vida casi fastuosa, que montó por su cuenta la primera estación de telegrafía sin hilos que hubo en España, para poder recibir por la noche su información, porque el Estado no se había decidido a hacer permanente la estación telegráfica de la capital de su primer departamento marítimo"

De tendencia conservadora tuvo su sede en la calle Real, 92. (foto)

lunes, 25 de enero de 2016

De las andanzas del estudiante Queipo de Llano, jefe de una pandilla de chiquillos ferrolanos revoltosos

El teatro New England (1906-1923)
Gonzalo Queipo de Llano (1876-1951)
En donde está hoy el edificio de Correos,  estuvo instalado con anterioridad el teatro New England y antes de que este se levantara allí, el solar era un jardín, conocido popularmente como "El redondel". Escribe el periodista, poeta y escritor Manuel Barbeito Herrera (1855-1958), que aquel "era un paraje diabólico para el servicio de la Guardia Municipal" por las trifulcas entre los mozalbetes que allí se organizaban. Precisamente para controlar a la chiquillería revoltosa habían nombrado a un celador, el "Ratiño" que era el terror de los chavales.

Cuenta Barbeito Herrera el incidente protagonizado por el que era hijo del juez de primera instancia, que acaudillaba a una pandilla "adversaria, irreconocible e indomeñable de la policía urbana". Este muchacho, faro y guía de un tropel belicoso sería luego general (Queipo de Llano) "y en época imposible de olvidar ganó la Laureada capitaneando en Sevilla el Alzamiento Nacional".

Intentó el "Ratiño" detener a uno de sus enemigos, oponiéndose Queipo de Llano y los suyos motivo por el cual acudió a el Redondel la Guardia Municipal en masa, que recibió una lluvia de pedradas teniendo que intervenir el alcalde don Ricardo González Cal para apaciguar los ánimos. "Y aquí hubieran terminado las cosas -agrega el cronista-  de no promover el Ratiño el parte motivador de un sumario en el que tuvo que inhibirse el Juez por ser, según queda dicho, padre del principal de los encartados". Medió el presidente de la Audiencia, paró el proceso en juicio de faltas, salieron en libertad los detenidos y "a hombros de la triunfante hueste recorrió las calles el estudiante que al cabo de los años y en ocasiones tantas hubo de dar ejemplo de bizarra valentía", remata Barbeito Herrera.

Los escolares, capitaneados por el también estudiante  Queipo de Llano, acudían a clase de un tal doña Francisca, cursaban los últimos años del bachillerato y "empezaban a llamarse "cerillitas sin cabeza", según la definición local peyorativa".

Manuel Barbeito Herrera hizo referencia a este "motín" en el curso de un discurso pronunciado con motivo de un homenaje que le fue rendido por el Centro Gallego de Madrid el 21 de junio de 1958,  conferencia que tituló "La ciudad de los poetas y de las novias del amor ausente". Lo del amor ausente respondía a los períodos en que los marinos salían a navegar lejos de sus novias o esposas. Fue una conferencia muy interesante, en la que el autor recuerda las vivencias y experiencias de su niñez con gran anecdotario y numerosos datos que sumar a la intrahistoria ferrolana.

Gonzalo Queipo de Llano y Sierra (1876 - 1951) fue otro militar "saltimbanqui", de perfil muy parecido a Ramón Franco  Militar español, alineado primero con la República y luego adherido a la causa del dictador. Creo que vale la pena conocer algunos datos de aquel "jefe" de una banda de estudiantes que protagonizó el episodio que queda relatado más arriba.

Los datos son extraídos de "Biografías y vidas. Enciclopedia biográfica en linea".
"Gonzalo Queipo de Llano y Sierra fue cadete de la Academia de Caballería, y llegó a combatir en Cuba. En 1923 alcanzó el puesto de general, gracias a los méritos de guerra obtenidos en Marruecos. Simpatizante en un principio de la dictadura de Primo de Rivera, poco tiempo después arremetió contra ella y el general, por lo que en marzo de 1928 fue pasado a la reserva y postergado en su ascenso a general de división.
A finales de 1930 protagonizó una fracasada intentona republicana, junto con Ramón Franco Bahamonde y un pequeño grupo de oficiales y paisanos, al asaltar el aeródromo de Cuatro Vientos (Madrid), donde se hizo con la estación de radio y difundió la falsa noticia de que se había instaurado la República en toda España. Tras su estrepitoso fracaso se exilió a Francia, donde entabló amistad con Indalecio Prieto y Marcelino Domingo, entre otros exiliados españoles.
Al advenir la Segunda República regresó a España para hacerse cargo de la Capitanía General de Madrid, convirtiéndose en poco tiempo en uno de los militares fundamentales del nuevo régimen, apoyando con aplomo las reformas implantadas por Manuel Azaña, ministro de la Guerra. Ascendido a general de división, desempeñó el cargo de jefe del Cuarto Militar del Presidente de la República, hasta marzo de 1933 en que fue relevado del mismo a petición del jefe del Estado tras conocer éste una serie de comentarios desfavorables al Gobierno realizados por el general. A partir de este momento quedó relegado a segundo plano, aunque aún fue nombrado inspector general de Carabineros.
En abril de 1936 se entrevistó en Pamplona con el general Emilio Mola y, en una segunda entrevista se comprometió plenamente en el alzamiento militar contra la República al aceptar sublevar la VII División Orgánica con cabecera en Valladolid, más tarde sustituida por la plaza de Sevilla, al ser desplazado por el general Andrés Saliquet en la primera.
El 18 de julio de 1936, desde su destino en Huelva, se enteró oficialmente de la sublevación en la guarnición de África. Enseguida se dirigió a Sevilla, y tras detener al general José Fernández Villa-Abrille, jefe de la II División Orgánica, que se negaba a secundar la rebelión, proclamó el estado de guerra y ordenó detener al gobernador civil de la provincia y demás autoridades locales.
Así, pues, consiguió el control de la capital andaluza y convirtió a Andalucía en una de las bases logísticas de la España franquista, donde actuó como un auténtico "virrey de Andalucía" (como le llamaban en una y otra zona), autonombrándose jefe del Ejército del Sur y haciendo caso omiso a lo establecido primero por la Junta de Defensa Nacional y después por el general Franco. Ese mismo día 18, a las 10 de la noche, inició sus famosas charlas emitidas por Radio Sevilla".


lunes, 11 de enero de 2016

Arturo Azuela, matemático, músico y novelista mexicano tres años después de su fallecimiento

Arturo Azuela recibe un premio del Ateneo
Jovellanos de Gijón en noviembre de 2006
Hoy le dedico en mi blog estas líneas, a título póstumo, a Arturo Azuela (1938-2012), profesor, escritor, músico, periodista y académico, considerado miembro de la vanguardia renovadora de la narrativa mexicana, junto, entre otros, a Vicente Leñero y José Emilio Pacheco, ambos fallecidos en 2014. Tiene mucha obra narrativa, de ensayo y de divulgación. Era nieto de Mariano Azuela, uno de los grandes novelistas de la revolución mexicana.

Pues a esta gran personalidad llegué a conocerla con motivo de una reunión de la Asociación Iberoamericana-Filipina de Ateneos, celebrada en Gijón, organizada por el Ateneo Jovellanos, los días 16, 17 y 18 de noviembre de 2006, a la que fui invitado. La cita también congregaba a periodistas de ocho países. Allí estaba Arturo Azuela, un hombre que, por las intervenciones que le escuché en aquel foro, ejercía un pensamiento crítico, evitaba la condescendencia gratuita en los temas que se abordaban, sin hacer, por otro lado, ostentación de sus muchos méritos. Es decir, me pareció un hombre recio en sus exposiciones, pero noble y humilde en el trato.

Precisamente, a raíz de conocerlo allí, luego profundicé un poco en su trayectoria, leí una de sus obras más emblemáticas "Estuche para dos violines" (durante una década fue violinista de la Orquesta de Cámara y de la Filarmónica de la Universidad Autónoma de México), novela que gira en torno a un hecho real, el robo en 1936 del Stradivarius Gipson ex Huberman de 1713 y también un ensayo que le editó el Ateneo Jovellanos "Las Ciencias y el Quijote", que tuvo a bien regalarme durante el mencionado encuentro.

Me contó en aquella ocasión, que este trabajo le había costado muchas lecturas y relecturas de la obra cervantina, que había invertido mucho tiempo y que le había hecho mucha ilusión trasladar a negro sobre blanco las interpretaciones sobre el peregrinaje de don Quijote y Sancho Panza, tema tan de actualidad este año cuando se cumple el cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes. No voy a extenderme en la obra. Puede quedar para otro momento, ya que lo que hoy quería era dar unas pinceladas anecdóticas del casual encuentro con Azuela.


Habíamos establecido buenas relaciones. Si mal no recuerdo, él en esa época estaba impartiendo docencia en la Universidad de Zaragoza. Llegamos a cartearnos tiempo después de la reunión de los ateneos y periodistas. Le invité a que viniese a Galicia, incluso sondeaba yo la posibilidad con directivos del Club de Prensa de traerlo a un Curso Gurméndez de verano. Me decía que tenía mucho interés en conocer esta parte de las rías bajas y altas, pero unos meses después me remitió otra carta en la que me decía que para las fechas de verano que yo le apuntaba le era imposible por sus múltiples ocupaciones. Perdimos el contacto y me enteré tardíamente de su óbito. 

sábado, 5 de diciembre de 2015

Los ateneos, pequeñas universidades del saber

Imagen retrospectiva de una actividad ateneística
en la que aparecen al centro el orador invitado, el abogado
José Seoane, y a los lados los directivos Luis Mera (fallecido)
y Roberto Casteleiro (derecha)
 Vivimos las ventajas de la era del conocimiento y de la comunicación, pero a lomos de un vértigo con innumerables riesgos, entre ellos la frivolización o banalización de determinados valores de signo ético y moral que nos abocan a la mediocridad. Una mediocridad que se manifiesta en las formas de vida, esto es, costumbres, códigos de conducta, rituales, religiones, etc, todos ellos elementos, junto con otros, que conforman el croquis cultural de una sociedad. Adentrándonos un poco más, se advierten síntomas de cierto ostracismo y abdicación por parte de sectores tales como los intelectuales que, por su condición, debieran de actuar como actores críticos ante tanta chabacanería, perversión y corrupción como la que nos envuelve.

Es por eso que siempre ha de alfombrarse el camino a iniciativas que sacudan la inercia colectiva, que sitúen al sujeto ante la realidad cantante y sonante, que nos lleven, en definitiva, aunque sea por momentos, a la reflexión y al manejo del diálogo y del debate como instrumentos de comunicación y enriquecimiento cultural.

Uno, que, además de periodista también es vocacionalmente ateneista (socio y colaborador en la refundación del Ateneo Ferrolán)  no puede menos que reconocer el esfuerzo y el tesón de quienes abanderan estas pequeñas universidades del saber que son, por tradición, los ateneos. Y hago especial hincapié en esto porque no siempre la sociedad y las propias instituciones son capaces de valorar el papel de estas personas que llevan su compromiso de manera silente, entregando su tiempo y renunciando a sus cosas.

Con frecuencia se incurre en la necedad de etiquetar a estas sociedades convirtiéndolas en arma arrojadiza en el discurso político. Craso error en el que por cierto incurrió la corporación anterior y aún hoy se están pagando las consecuencias. A lo largo de su historia, los ateneos han pasado por diferentes etapas que las propias circunstancias políticas, sociales y culturales han ido modelando coyunturalmente con mayor o menor peso de las corrientes políticas al uso. La cultura no es patrimonio de unas siglas por eso debiera siempre respetarse y apoyar este tipo de iniciativas que en muchas ciudades son instituciones de solera y prestigio.

Lo bueno sería que los ateneos fuesen autosuficientes, porque la dependencia siempre condiciona y coarta la libertad de movimientos, pero orillemos la utopía para poner los pies en el suelo. Este tipo de sociedades culturales generalmente requieren el apoyo de las administraciones para alcanzar lo que no pueden con sus recursos naturales: programas ambiciosos, publicaciones interesantes, premios y certámenes de prestigio, infraestructuras dignas en las que desenvolver sus actividades, etc. Es ahí en donde las instituciones deben/deberían de dar el do de pecho porque al fin y a la postre, en este caso los ateneos, están dando respuesta a déficits de las propias administraciones.

No quiero terminar, sin antes felicitar al actual equipo del Ateneo Ferrolán, que preside Eliseo Fernández por el dinamismo y pujanza que vienen imprimiendo en los variados programas de actividades, manteniendo la esperanza de que los actuales gobernantes locales deshagan el entuerto heredado de los anteriores y podamos pronto disfrutar de los fondos: hemeroteca, biblioteca, etc que tan eficaz servicio prestan a los estudiosos e investigadores.



                                               

jueves, 19 de noviembre de 2015

I. Viqueira: "ácrata de derechas" (autodefinición), escritor y periodista con sentido del humor (y II)

V. M. Iglesias Viqueira
Recientemente me ocupaba de este periodista al que había reencontrado no sin antes hacer una prospección vía internet, llamada a un ayuntamiento en el que lo habían premiado, etc. Está contado en el post anterior. Pues bien, le pedí a este colega que me refrescara un poco la memoria y que me pusiera al corriente de la evolución de su trayectoria en estos años de distancia, entre 1984 y nuestros días. Él me envió unas líneas que yo comento y traslado.
Víctor Manuel Iglesias Viqueira (Vigo, 1947). Trabajó en Faro de Vigo desde 1966 hasta 2008. Durante cinco años corresponsal de El Caso, colaborador de Sábado Gráfico, de Can sen dono y Xo! y varias "publicaciones volanderas". Fue corresponsal de varios periódicos y firma esporádica en "publicaciones de una vez". Colaboró en varias emisoras de radio. Tiene diez títulos publicados y otros veinte inéditos. En su larga trayectoria profesional estima (qué curioso el dato) que ha escrito unos 100.000 folios: reportajes, entrevistas, crónicas, opinión, crítica literaria.
Su humor va de lo poético hasta lo vitriólico, del mero disparate a la sorprendente agudeza mental. Dice que lo suyo no son greguerías precisamente, "aunque tengan mucho de ellas", sino que, aduce,  "exprimo los recursos para, mansamente alcanzar un resultado demoledor" y pone un ejemplo: "Pensar, lo que se dice pensar, la gente piensa menos de lo que piensa".
Practica la novela, el cuento (de humor negro y para niños) y afirma que aplica la estricta seriedad, cuando esta es requerida, a su criterio.
También me traslada que es feliz porque se lo trabaja y capaz de soportar una conversación tediosa por extraer conclusiones. Está en posesión del "Julio Camba", apartado de reportajes, por un texto enjundioso sobre Cela, el Nobel paisano: "Jodido, pero contento". Empezó con Cunqueiro, admiró a Torrente y sintoniza con la literatura en general, "particularmente con los innominados". Añade que si volviese a nacer se repetiría a sí mismo, "valga la redundancia". Uno de sus libros está en la Universidad de Mindanao (él, asegura que no lo envió) y se considera bastante popular en su parroquia.
Trabajador de fondo y forma, estuvo a pie de calle en las manifestaciones primeras "y sucesivos botes de humo y esquivó porras (hechas de goma de pegar)". Está convencido de que siempre ha hecho lo que fue menester en actitud beligerante adaptada a las circunstancias. Se manejó con soltura en la finta de esgrima. Nos deja otra "perla": "Todos los políticos son iguales y algunos incluso, peores". Añade que un futbolista meta un gol por el ángulo se le antoja un espectáculo (reality show) y que una marisconada es una dieta de patatas y verduras.
Termina "Podría hablar largo y tendido en el sofá, de mi mismo, que los demás interpretan de oídas, no de leídas". Y una última señal de identidad de este amigo cuando remata su epístola de esta guisa: "Votes o no, te van a follar".