sábado, 30 de enero de 2016

El "Diario Ferrolano" (1903-1917) fue el primero de España en disponer de estación de telegrafía sin hilos



La sede del Diario Ferrolano, a la izquierda en la foto del archivo Nores Castro
José Leyra Domínguez en su "Ensayo en torno al periodismo ferrolano (1845-1987)" dejó escrito que en el año 1905 se había producido un acontecimiento de gran trascendencia, dentro de la historia del periodismo ferrolano. En dicho año se puso, por primera vez en España, un servicio propio de telegrafía sin hilos, al servicio del periódico, en su segunda etapa fundacional, El Diario Ferrolano (1903-1917), que en determinado período estuvo dirigido por Wenceslao Fernández Flórez. En el número 659, de fecha 5 de mayo de 1905, viernes, se resalta este hito pionera, cuando el rotativo tiraba 1.000 ejemplares frente a los 4.000 de El Correo Gallego.

Describe Leyra de la siguiente manera: "Junto al Palacio de Capitanía General se alzaron unos postes de 36 metros de altura, sostenedores de las antenas propulsoras de la onda eléctrica con que se comunicaban Ferrol y La Coruña, estrechándose, de esta manera, más los lazos de estos dos grandes pueblos del Arco Ártabro".

Entre los datos que facilita acerca de las referidas instalaciones subraya que representó un desembolso inmediato de 60.000 pesetas de las que 50.000 correspondían al coste de los aparatos necesarios, adquiridos a la casa "Telefunken", de Berlín; diez mil se habían ido a la construcción de los postes, las dietas de los ingenieros, el montaje de la citada casa alemana y otros.

La redacción del periódico aquel memorable día dirigió un primer radiograma que decía: "Mayordomo mayor Palacio, Madrid. Al inaugurar Diario Ferrolano sus estaciones de telegrafía sin hilos entre Coruña y Ferrol, complácese en dirigir a S.M., su primer radiograma, diciendo: "Viva el Rey!" Ruego  V.E., comuníquelo Monarca". Era el director Adolfo Lahorra y propietario-gerente, Rafael Barcón, hijo de Francisco Barcón, familia que luego compraría El Correo Gallego uniéndose los dos periódicos para acabar sobreviviendo este y desapareciendo el Diario Ferrolano.


Para aquella época, el precio del Diario era el de una peseta al mes, en provincias, cuatro por trimestre, en el extranjero nueve pesetas. "De todo su afán científico -escribe Leyra Domínguez- quedó solamente el triste epigonismo de una literatura casi encadenada a la disciplina política, incompatible con un mínimo necesario para la libre expresión artística".

De El Diario Ferrolano  Guillermo Llorca Freire, autor de "Historia da prensa ferrolá", recoge en su libro parte del relato que el propio Fernández Flórez hizo de su paso por Ferrol:
"Era un periódico considerable, de vida casi fastuosa, que montó por su cuenta la primera estación de telegrafía sin hilos que hubo en España, para poder recibir por la noche su información, porque el Estado no se había decidido a hacer permanente la estación telegráfica de la capital de su primer departamento marítimo"

De tendencia conservadora tuvo su sede en la calle Real, 92. (foto)

lunes, 25 de enero de 2016

De las andanzas del estudiante Queipo de Llano, jefe de una pandilla de chiquillos ferrolanos revoltosos

El teatro New England (1906-1923)
Gonzalo Queipo de Llano (1876-1951)
En donde está hoy el edificio de Correos,  estuvo instalado con anterioridad el teatro New England y antes de que este se levantara allí, el solar era un jardín, conocido popularmente como "El redondel". Escribe el periodista, poeta y escritor Manuel Barbeito Herrera (1855-1958), que aquel "era un paraje diabólico para el servicio de la Guardia Municipal" por las trifulcas entre los mozalbetes que allí se organizaban. Precisamente para controlar a la chiquillería revoltosa habían nombrado a un celador, el "Ratiño" que era el terror de los chavales.

Cuenta Barbeito Herrera el incidente protagonizado por el que era hijo del juez de primera instancia, que acaudillaba a una pandilla "adversaria, irreconocible e indomeñable de la policía urbana". Este muchacho, faro y guía de un tropel belicoso sería luego general (Queipo de Llano) "y en época imposible de olvidar ganó la Laureada capitaneando en Sevilla el Alzamiento Nacional".

Intentó el "Ratiño" detener a uno de sus enemigos, oponiéndose Queipo de Llano y los suyos motivo por el cual acudió a el Redondel la Guardia Municipal en masa, que recibió una lluvia de pedradas teniendo que intervenir el alcalde don Ricardo González Cal para apaciguar los ánimos. "Y aquí hubieran terminado las cosas -agrega el cronista-  de no promover el Ratiño el parte motivador de un sumario en el que tuvo que inhibirse el Juez por ser, según queda dicho, padre del principal de los encartados". Medió el presidente de la Audiencia, paró el proceso en juicio de faltas, salieron en libertad los detenidos y "a hombros de la triunfante hueste recorrió las calles el estudiante que al cabo de los años y en ocasiones tantas hubo de dar ejemplo de bizarra valentía", remata Barbeito Herrera.

Los escolares, capitaneados por el también estudiante  Queipo de Llano, acudían a clase de un tal doña Francisca, cursaban los últimos años del bachillerato y "empezaban a llamarse "cerillitas sin cabeza", según la definición local peyorativa".

Manuel Barbeito Herrera hizo referencia a este "motín" en el curso de un discurso pronunciado con motivo de un homenaje que le fue rendido por el Centro Gallego de Madrid el 21 de junio de 1958,  conferencia que tituló "La ciudad de los poetas y de las novias del amor ausente". Lo del amor ausente respondía a los períodos en que los marinos salían a navegar lejos de sus novias o esposas. Fue una conferencia muy interesante, en la que el autor recuerda las vivencias y experiencias de su niñez con gran anecdotario y numerosos datos que sumar a la intrahistoria ferrolana.

Gonzalo Queipo de Llano y Sierra (1876 - 1951) fue otro militar "saltimbanqui", de perfil muy parecido a Ramón Franco  Militar español, alineado primero con la República y luego adherido a la causa del dictador. Creo que vale la pena conocer algunos datos de aquel "jefe" de una banda de estudiantes que protagonizó el episodio que queda relatado más arriba.

Los datos son extraídos de "Biografías y vidas. Enciclopedia biográfica en linea".
"Gonzalo Queipo de Llano y Sierra fue cadete de la Academia de Caballería, y llegó a combatir en Cuba. En 1923 alcanzó el puesto de general, gracias a los méritos de guerra obtenidos en Marruecos. Simpatizante en un principio de la dictadura de Primo de Rivera, poco tiempo después arremetió contra ella y el general, por lo que en marzo de 1928 fue pasado a la reserva y postergado en su ascenso a general de división.
A finales de 1930 protagonizó una fracasada intentona republicana, junto con Ramón Franco Bahamonde y un pequeño grupo de oficiales y paisanos, al asaltar el aeródromo de Cuatro Vientos (Madrid), donde se hizo con la estación de radio y difundió la falsa noticia de que se había instaurado la República en toda España. Tras su estrepitoso fracaso se exilió a Francia, donde entabló amistad con Indalecio Prieto y Marcelino Domingo, entre otros exiliados españoles.
Al advenir la Segunda República regresó a España para hacerse cargo de la Capitanía General de Madrid, convirtiéndose en poco tiempo en uno de los militares fundamentales del nuevo régimen, apoyando con aplomo las reformas implantadas por Manuel Azaña, ministro de la Guerra. Ascendido a general de división, desempeñó el cargo de jefe del Cuarto Militar del Presidente de la República, hasta marzo de 1933 en que fue relevado del mismo a petición del jefe del Estado tras conocer éste una serie de comentarios desfavorables al Gobierno realizados por el general. A partir de este momento quedó relegado a segundo plano, aunque aún fue nombrado inspector general de Carabineros.
En abril de 1936 se entrevistó en Pamplona con el general Emilio Mola y, en una segunda entrevista se comprometió plenamente en el alzamiento militar contra la República al aceptar sublevar la VII División Orgánica con cabecera en Valladolid, más tarde sustituida por la plaza de Sevilla, al ser desplazado por el general Andrés Saliquet en la primera.
El 18 de julio de 1936, desde su destino en Huelva, se enteró oficialmente de la sublevación en la guarnición de África. Enseguida se dirigió a Sevilla, y tras detener al general José Fernández Villa-Abrille, jefe de la II División Orgánica, que se negaba a secundar la rebelión, proclamó el estado de guerra y ordenó detener al gobernador civil de la provincia y demás autoridades locales.
Así, pues, consiguió el control de la capital andaluza y convirtió a Andalucía en una de las bases logísticas de la España franquista, donde actuó como un auténtico "virrey de Andalucía" (como le llamaban en una y otra zona), autonombrándose jefe del Ejército del Sur y haciendo caso omiso a lo establecido primero por la Junta de Defensa Nacional y después por el general Franco. Ese mismo día 18, a las 10 de la noche, inició sus famosas charlas emitidas por Radio Sevilla".


lunes, 11 de enero de 2016

Arturo Azuela, matemático, músico y novelista mexicano tres años después de su fallecimiento

Arturo Azuela recibe un premio del Ateneo
Jovellanos de Gijón en noviembre de 2006
Hoy le dedico en mi blog estas líneas, a título póstumo, a Arturo Azuela (1938-2012), profesor, escritor, músico, periodista y académico, considerado miembro de la vanguardia renovadora de la narrativa mexicana, junto, entre otros, a Vicente Leñero y José Emilio Pacheco, ambos fallecidos en 2014. Tiene mucha obra narrativa, de ensayo y de divulgación. Era nieto de Mariano Azuela, uno de los grandes novelistas de la revolución mexicana.

Pues a esta gran personalidad llegué a conocerla con motivo de una reunión de la Asociación Iberoamericana-Filipina de Ateneos, celebrada en Gijón, organizada por el Ateneo Jovellanos, los días 16, 17 y 18 de noviembre de 2006, a la que fui invitado. La cita también congregaba a periodistas de ocho países. Allí estaba Arturo Azuela, un hombre que, por las intervenciones que le escuché en aquel foro, ejercía un pensamiento crítico, evitaba la condescendencia gratuita en los temas que se abordaban, sin hacer, por otro lado, ostentación de sus muchos méritos. Es decir, me pareció un hombre recio en sus exposiciones, pero noble y humilde en el trato.

Precisamente, a raíz de conocerlo allí, luego profundicé un poco en su trayectoria, leí una de sus obras más emblemáticas "Estuche para dos violines" (durante una década fue violinista de la Orquesta de Cámara y de la Filarmónica de la Universidad Autónoma de México), novela que gira en torno a un hecho real, el robo en 1936 del Stradivarius Gipson ex Huberman de 1713 y también un ensayo que le editó el Ateneo Jovellanos "Las Ciencias y el Quijote", que tuvo a bien regalarme durante el mencionado encuentro.

Me contó en aquella ocasión, que este trabajo le había costado muchas lecturas y relecturas de la obra cervantina, que había invertido mucho tiempo y que le había hecho mucha ilusión trasladar a negro sobre blanco las interpretaciones sobre el peregrinaje de don Quijote y Sancho Panza, tema tan de actualidad este año cuando se cumple el cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes. No voy a extenderme en la obra. Puede quedar para otro momento, ya que lo que hoy quería era dar unas pinceladas anecdóticas del casual encuentro con Azuela.


Habíamos establecido buenas relaciones. Si mal no recuerdo, él en esa época estaba impartiendo docencia en la Universidad de Zaragoza. Llegamos a cartearnos tiempo después de la reunión de los ateneos y periodistas. Le invité a que viniese a Galicia, incluso sondeaba yo la posibilidad con directivos del Club de Prensa de traerlo a un Curso Gurméndez de verano. Me decía que tenía mucho interés en conocer esta parte de las rías bajas y altas, pero unos meses después me remitió otra carta en la que me decía que para las fechas de verano que yo le apuntaba le era imposible por sus múltiples ocupaciones. Perdimos el contacto y me enteré tardíamente de su óbito. 

sábado, 5 de diciembre de 2015

Los ateneos, pequeñas universidades del saber

Imagen retrospectiva de una actividad ateneística
en la que aparecen al centro el orador invitado, el abogado
José Seoane, y a los lados los directivos Luis Mera (fallecido)
y Roberto Casteleiro (derecha)
 Vivimos las ventajas de la era del conocimiento y de la comunicación, pero a lomos de un vértigo con innumerables riesgos, entre ellos la frivolización o banalización de determinados valores de signo ético y moral que nos abocan a la mediocridad. Una mediocridad que se manifiesta en las formas de vida, esto es, costumbres, códigos de conducta, rituales, religiones, etc, todos ellos elementos, junto con otros, que conforman el croquis cultural de una sociedad. Adentrándonos un poco más, se advierten síntomas de cierto ostracismo y abdicación por parte de sectores tales como los intelectuales que, por su condición, debieran de actuar como actores críticos ante tanta chabacanería, perversión y corrupción como la que nos envuelve.

Es por eso que siempre ha de alfombrarse el camino a iniciativas que sacudan la inercia colectiva, que sitúen al sujeto ante la realidad cantante y sonante, que nos lleven, en definitiva, aunque sea por momentos, a la reflexión y al manejo del diálogo y del debate como instrumentos de comunicación y enriquecimiento cultural.

Uno, que, además de periodista también es vocacionalmente ateneista (socio y colaborador en la refundación del Ateneo Ferrolán)  no puede menos que reconocer el esfuerzo y el tesón de quienes abanderan estas pequeñas universidades del saber que son, por tradición, los ateneos. Y hago especial hincapié en esto porque no siempre la sociedad y las propias instituciones son capaces de valorar el papel de estas personas que llevan su compromiso de manera silente, entregando su tiempo y renunciando a sus cosas.

Con frecuencia se incurre en la necedad de etiquetar a estas sociedades convirtiéndolas en arma arrojadiza en el discurso político. Craso error en el que por cierto incurrió la corporación anterior y aún hoy se están pagando las consecuencias. A lo largo de su historia, los ateneos han pasado por diferentes etapas que las propias circunstancias políticas, sociales y culturales han ido modelando coyunturalmente con mayor o menor peso de las corrientes políticas al uso. La cultura no es patrimonio de unas siglas por eso debiera siempre respetarse y apoyar este tipo de iniciativas que en muchas ciudades son instituciones de solera y prestigio.

Lo bueno sería que los ateneos fuesen autosuficientes, porque la dependencia siempre condiciona y coarta la libertad de movimientos, pero orillemos la utopía para poner los pies en el suelo. Este tipo de sociedades culturales generalmente requieren el apoyo de las administraciones para alcanzar lo que no pueden con sus recursos naturales: programas ambiciosos, publicaciones interesantes, premios y certámenes de prestigio, infraestructuras dignas en las que desenvolver sus actividades, etc. Es ahí en donde las instituciones deben/deberían de dar el do de pecho porque al fin y a la postre, en este caso los ateneos, están dando respuesta a déficits de las propias administraciones.

No quiero terminar, sin antes felicitar al actual equipo del Ateneo Ferrolán, que preside Eliseo Fernández por el dinamismo y pujanza que vienen imprimiendo en los variados programas de actividades, manteniendo la esperanza de que los actuales gobernantes locales deshagan el entuerto heredado de los anteriores y podamos pronto disfrutar de los fondos: hemeroteca, biblioteca, etc que tan eficaz servicio prestan a los estudiosos e investigadores.



                                               

jueves, 19 de noviembre de 2015

I. Viqueira: "ácrata de derechas" (autodefinición), escritor y periodista con sentido del humor (y II)

V. M. Iglesias Viqueira
Recientemente me ocupaba de este periodista al que había reencontrado no sin antes hacer una prospección vía internet, llamada a un ayuntamiento en el que lo habían premiado, etc. Está contado en el post anterior. Pues bien, le pedí a este colega que me refrescara un poco la memoria y que me pusiera al corriente de la evolución de su trayectoria en estos años de distancia, entre 1984 y nuestros días. Él me envió unas líneas que yo comento y traslado.
Víctor Manuel Iglesias Viqueira (Vigo, 1947). Trabajó en Faro de Vigo desde 1966 hasta 2008. Durante cinco años corresponsal de El Caso, colaborador de Sábado Gráfico, de Can sen dono y Xo! y varias "publicaciones volanderas". Fue corresponsal de varios periódicos y firma esporádica en "publicaciones de una vez". Colaboró en varias emisoras de radio. Tiene diez títulos publicados y otros veinte inéditos. En su larga trayectoria profesional estima (qué curioso el dato) que ha escrito unos 100.000 folios: reportajes, entrevistas, crónicas, opinión, crítica literaria.
Su humor va de lo poético hasta lo vitriólico, del mero disparate a la sorprendente agudeza mental. Dice que lo suyo no son greguerías precisamente, "aunque tengan mucho de ellas", sino que, aduce,  "exprimo los recursos para, mansamente alcanzar un resultado demoledor" y pone un ejemplo: "Pensar, lo que se dice pensar, la gente piensa menos de lo que piensa".
Practica la novela, el cuento (de humor negro y para niños) y afirma que aplica la estricta seriedad, cuando esta es requerida, a su criterio.
También me traslada que es feliz porque se lo trabaja y capaz de soportar una conversación tediosa por extraer conclusiones. Está en posesión del "Julio Camba", apartado de reportajes, por un texto enjundioso sobre Cela, el Nobel paisano: "Jodido, pero contento". Empezó con Cunqueiro, admiró a Torrente y sintoniza con la literatura en general, "particularmente con los innominados". Añade que si volviese a nacer se repetiría a sí mismo, "valga la redundancia". Uno de sus libros está en la Universidad de Mindanao (él, asegura que no lo envió) y se considera bastante popular en su parroquia.
Trabajador de fondo y forma, estuvo a pie de calle en las manifestaciones primeras "y sucesivos botes de humo y esquivó porras (hechas de goma de pegar)". Está convencido de que siempre ha hecho lo que fue menester en actitud beligerante adaptada a las circunstancias. Se manejó con soltura en la finta de esgrima. Nos deja otra "perla": "Todos los políticos son iguales y algunos incluso, peores". Añade que un futbolista meta un gol por el ángulo se le antoja un espectáculo (reality show) y que una marisconada es una dieta de patatas y verduras.
Termina "Podría hablar largo y tendido en el sofá, de mi mismo, que los demás interpretan de oídas, no de leídas". Y una última señal de identidad de este amigo cuando remata su epístola de esta guisa: "Votes o no, te van a follar".

jueves, 5 de noviembre de 2015

Las vueltas que da la vida: en 1997 reivindicaba un periódico y dos años después nacía Diario de Ferrol

Escuela de Turismo Dafonte (08-05-1997). En primer plano, el director
José Mª López Dafonte presentando al conferenciante
Ojeaba yo estos días una charla que había impartido  el 8 de mayo de 1997, hace 18 años, en la Escuela de Turismo Dafonte, cuyo director, José Mª López Dafonte, gentilmente me había invitado. Prestaba mis servicios entonces en la delegación ferrolana de La Voz de Galicia. La conferencia la titulé "Ferrol, una imagen estereotipada". Pero no me voy a ocupar del contenido de aquella comparecencia sino solo de uno de los aspectos tratados. Ya escribí en alguna ocasión como un día me llamó el ya desaparecido periodista Juan Ramón Díaz, exdirector de La Voz, posteriormente director general del Grupo La Capital, y me soltó por teléfono aquello:
¿"Tú no andabas diciendo que Ferrol necesitaba tener voz propia? Vente que vamos a hablar de ello".
Pues bien, en esa charla ante el alumnado de Turismo, un servidor exponía:
...."Y como  no tenemos que olvidar que estamos en una Escuela de Turismo, digamos que también en ese marco de coraje y vigorosidad (valores a los que acababa de apelar) hay que situar la dinamización y desarrollo de nuestros recursos naturales y paisajísticos. Y como además de estar en una Escuela de Turismo el que habla es periodista resulta inevitable subrayar que en el desarrollo y progreso de los pueblos juegan un papel fundamental los medios de comunicación. No tenemos más que invocar nuestra rica historia de publicaciones y cabeceras periodísticas para caer en la cuenta de que siempre es estimulante alzarse con voz propia para forjar un porvenir ilusionante y ambicioso. Casi diría yo que un proyecto de desarrollo y expansión turística tendría que tener como uno de los pilares básicos un medio de comunicación propio y este encaja perfectamente en nuestra manera de ser, responde a nuestras peculiares señas de identidad y forma parte de nuestra intrahistoria".

En este contexto de la conferencia incluso sugerí opciones para ese medio de comunicación.
..."Podría responder a la prensa sectorializada o, mejor que mejor, al modelo de prensa diaria que es el que pide, naturalmente, un gran proyecto como es en la actualidad Ferrol y su área de influencia. Puede incluso que estemos en el mejor momento para emprender una aventura de este género..."

Quién lo iba a decir. Algo había oído Juan Ramón Díaz cuando me recordó que yo me había convertido en un publicista o pregonero de una necesidad vital como la de dotar a Ferrol y su comarca de un periódico. La semilla estaba sembrada y pronto germinaría. Solo dos años después, 1999, nacería Diario de Ferrol. Y lo hizo con buena estrella, pero tristemente hoy su llama se extingue, su vida parece estar sentenciada. Ya nada volverá a ser lo que fue, pase lo que pase. ¡Qué pena! Lo que son las cosas, las vueltas que da la vida.

sábado, 31 de octubre de 2015

Tres décadas después, feliz reencuentro con el vigués Víctor M. Iglesias Viqueira, escritor y periodista

Algunos de los títulos publicados en los años ochenta por el escritor y periodista vigués
Víctor M. Iglesias Viqueira, en
foto retrospectiva
A punto estuve de recurrir al colega Paco Lobatón. Últimamente buscaba pistas por doquier. Lo daba por "desaparecido" desde hace muchos años, desde los ochenta, más o menos. Lo había conocido en mi etapa de delegado del Faro de Vigo en Ferrol. Los frecuentes viajes a Chapela, sede el periódico vigués, me permitieron acercarme a un periodista con una curiosa personalidad. Un tipo entrañable, inquieto, reivindicativo, cargado de humor-irónico en su análisis y visión de la vida y de la realidad más próxima. Es un escritor que utiliza el patrón de las greguerías de Gómez de la Serna para dejar caer su agudo pensamiento crítico sobre todo aquello que no le gusta. Pero en medio incluye abstracciones personales, definiciones divertidas, humoradas casuales. En algunos aspectos, me hace recordar a mi querido Álvaro Paradela, que también practicaba, entre otros, dicho género y como el médico, escritor y poeta coruñés-naronés, recurría a la edición de autor y enviaba su obra a los amigos.
            Hurgando por Internet vi que había ganado recientemente en el Ayuntamiento de Nigrán un concurso de cartas de amor, con motivo del San Valentín, leí también que solía participar -él reside en Sabaris, cerca de Baiona- de las tertulias de verano con Torrente Ballester y Carlos Casares, entre otros. Otra periodista, Nélida Pillado, a la que le llegó el recado que yo remití al Concello de Nigrán, obró el "milagro". Nélida está en facebook y me pasó diligentemente, gesto que mucho le agradecí, el teléfono móvil de Víctor Manuel Iglesias Viqueira (Vigo, 1947) al que no tardé en llamar.
            Primeras palabras de alborozo con la vista puesta en el pasado, treinta años atrás, e intercambio de informaciones acerca de nuestras respectivas situaciones personales. Jubilados los dos, claro. Ya había observado que no estaba en las redes, pero es que tampoco tiene, porque no quiere, correo electrónico. Es de los que se aferran a un pretérito romántico en el que la herramienta de trabajo era la máquina de escribir y el canal de comunicación, el correo postal. Menos mal que aceptó el uso del móvil.
           
Poco más de 48 horas por medio desde nuestro reencuentro telefónico, ayer, viernes, tenía ya en el buzón de casa la última de sus obras (2007) "La muñeca que fue a la escuela" y un folio, mecanografiado, con sus "Pensamientos de Mi-au" antaño y hogaño "Mono sapiens" que publica en el digital Xornal do Val Miñor. El opúsculo venía con la siguiente dedicatoria: "Para Germán Castro, por lo vivido, por lo que nos queda, polas nosas inquedanzas". Tengo guardados como oro en paño "Pensamientos de Mi-au" (1 y 2 de los años 1981 y 1984) "Retorno a Panolilandia" (1980), "Inédito-2" (1982). En una de estas obras recojo otra dedicatoria: " Para que Germán pueda sobrellevar la tarea. Si le queda tiempo, tras los 26 folios diarios de duro currele. Vigo, 16-11-1981". Se refiere, naturalmente, al trabajo que un servidor, junto con un dinámico y voluntarioso equipo,  rendía a la sazón para el Faro de Vigo.

            Nada más, por el momento. Iglesias Viqueira y yo hemos renovado nuestros viejos lazos de amistad. En mis tuits he recordado en los últimos tiempos sus "Pensamientos de Mi-au". Ahora lo haré también en facebook. Es una manera de reconocer el talento de este periodista, escritor y celeste amigo. El no lo verá porque dice que no le seduce este tipo de "modernidades", (las redes sociales), pero queda advertido de que sus "greguerías" o sentencias volarán "De Ferrol para el mundo".