En esto que, sin previo aviso -las
tormentas suelen llevar un orden ascendente de la lejanía a la proximidad y te da
tiempo a adoptar precauciones- se produce un gran estruendo, saltan los
diferenciales y oigo un latigazo en el equipo. A partir del incidente
meteorológico llamadas al 1004 y así hasta hoy que me ha sido repuesto el "router". Por cierto, en la zona que vivo y aledaños, todo el mundo con el mismo
problema. La chispa eléctrica pilló desprevenido a todo quisque. El mensajero
que me trajo la pieza dijo que llevaba otros siete u ocho para convecinos míos.
Mal de muchos...Es verdad que queda el recurso del teléfono móvil, pero yo no
estoy acostumbrado, ni quiero acostumbrarme, primero porque mi condición de
jubilado me permite las pertinentes estancias en el ordenador y desde ahí salgo
al exterior, y segundo porque tampoco quiero llevar más allá mi dependencia de
internet, las redes sociales, el blog, el correo, etc. Y además, tengo los
dedos muy grandes y torpes para los teclados digitales y al final de un tuit
corro el riesgo de que me salga un exabrupto en lugar de un mensaje cordial,
que es de lo que se trata. En mi eventual ausencia de las redes sociales- forzado silencio que
solo rompí para dejar escrito en twitter, a través del celular, que "las tormentas
me traen atormentado"- se ha producido la presentación de la revista
FerrolAnalisis y el "Cuaderno" que siempre le acompaña, en esta
ocasión con la "Historia Gráfica del Club de Prensa de Ferrol,
1987-2012", con motivo del 25 aniversario. Como he tenido algo que ver con
la fundación del Club, también con la elaboración del "Cuaderno" y,
además, soy presidente de honor del club de los periodistas ferrolanos, he sido llamado a ocupar la tribuna en el
centro sociocultural de la Fundación Novacaixagalicia. Aunque allí no lo dije
-se me iba a notar el cabreo- me falló, por razones no atribuibles al
dispositivo de la entidad financiera que nos acogía sino por la impericia del
que suscribe, una película que yo mismo había montado, alternando la imagen fija con la de movimiento, en la que se hacía balance de las actividades del Club de Prensa a
lo largo de este cuarto de siglo. Mi pretensión era introducir brevemente el
"pase" y, recurriendo al tópico de que una imagen vale mil palabras,
darle al botón y el trabajo estaba hecho. Pero ante el fracaso de mi iniciativa
-lecciones para moverse en el mundo de la informática- improvisé la palabra y lo que me salió fue un gemido nostálgico, un sollozo emocional, un
"revival" con nudo en la garganta. Pensar que el Club de Prensa de Ferrol ha
logrado sobrevivir veinticinco años, ahora ya camino de los veintisiete, que
FerrolAnalisis alcanza el nº 28, el Cuaderno el 27, el Galicia en Foco la 22
edición, el Curso Gurméndez de Pensamiento Contemporáneo, dieciséis años en el candelero...y otras muchas vivencias en primera persona, pero la mayoría compartidas, el recuerdo me abrumó.
jueves, 27 de febrero de 2014
domingo, 23 de febrero de 2014
Ucha Piñeiro, impulsor en España de un innovador sistema de fabricación de bloques triangulares
Un anuncio de los años veinte insertado por la compañía de la que era fundador y gerente, entre otros, el arquitecto ferrolano |
Como los ferrolanos saben, pero tal
vez mis amables lectores de otros puntos de la geografía e incluso de allende las fronteras desconozcan, Rodolfo Ucha Piñeiro (1882-1981), vigués afincado en
Ferrol, fue un arquitecto que dejó una
singular obra modernista, la mayor parte materializada en el centro urbano de
esta ciudad. Pero de lo que me voy a ocupar hoy es de una actividad, al menos
para mi, absolutamente desconocida de este brillante técnico y es que fue
impulsor en España de un innovador sistema de fabricación de bloques
triangulares. Reza el refranero popular que el que guarda siempre tiene
(papeles, documentos que, muchos de los cuales, con el paso del tiempo cobran
el valor de lo histórico) y yo añadiría, además, que el que busca siempre
encuentra y, ahora, con las bibliotecas digitales las oportunidades, para los
curiosos como el que suscribe, se multiplican. En una publicación antigua que,
casualmente,, llevaba la cabecera de La
construcción moderna, a la que estaba suscrito Ucha Piñeiro, hallo una
referencia a la fabricación de bloques triangulares y bloques tabiques y a la máquina
Trianco inventada para fabricar este tipo de material. "Con cuatro
aprendices haciendo la mezcla y atendiendo a la máquina se puede llegar a hacer
más de 500 bloques-tabiques por jornada, pero siendo buenos trabajadores -enfatiza
el articulista X.X.- se excede siempre de 700 bloques diarios". Y es aquí
en donde añade "Para la aplicación en España del sistema triangular se ha
constituido en El Ferrol la Sociedad "Construcción Triangular Española,
Sociedad Limitada, de la que son gerentes D. Rodolfo Ucha y D. Guillermo
Martín, y presidente y secretario del Consejo de Administración, D. Matías
Antón y D. Guillermo Martín, respectivamente". Agrela La construcción moderna que esta compañía "que recientemente
ha emprendido una gestión de ocho días en Sevilla, acaba de contratar el
pabellón de maquinaria de la Exposición y está para cerrar un contrato de
120.000 metros cuadrados de pared con la Sociedad Urbanización y Construcciones
S.A." Y agrega un matiz periodístico "la prensa de Sevilla ha
prestado su atención a este importante nuevo sistema de construcción". La
nota va fechada en el 30-09-1927 y obviamente cuando habla de la exposición de
Sevilla debe estar refiriéndose a la Exposición Iberoamericana de 1929.
viernes, 21 de febrero de 2014
El Santo Hospital de Caridad ya tiene su libro
![]() |
Del viejo Hospital de caridad a las modernas instalaciones levantadas en el polígono de Caranza, en vista aérea |
El Santo Hospital de Caridad ya
tiene su libro. Es una obra (375 páginas) de la autoría de Alberto Lens Tuero,
Hermano Mayor de la institución desde el año 2009, marino en situación de
reserva, autor de "Mitología del mar" (Colección Navantia 2008) y
colaborador habitual de la Revista General de Marina. Diligentemente he ido a adquirir el volumen, entre otras razones, porque el
Hospital de Caridad está estrechamente relacionado con la historia solidaria
pero también de las emociones y los sentimientos de la sociedad ferrolana, ya
que ha combinado el papel de centro benéfico con la prestación de servicios
asistenciales a la ciudadanía. Allí nació mi primera hija, por ejemplo. Es una trabajo minucioso, de gran rigor como lo suscribe el
prologuista, erudito historiador y divulgador del patrimonio militar, Juan
Antonio Rodríguez-Villasante Prieto, que sitúa el establecimiento en plena
Ilustración dieciochesca, argumentando su evolución. Hoy, el Santo Hospital de
Caridad ha dado lugar al Hospital Juan Cardona de Caranza, concertado con el Sergas,
adaptado a los nuevos tiempos, pero manteniendo el tradicional criterio de
gobierno representado en el Cabildo de la entidad y su Hermano Mayor, en
funciones de responsable primero. En cuanto a contenido, discurre desde la beneficencia del
siglo XVIII pasando por el Hospital de peregrinos, el de Canido y el actual de
Caranza. El viejo inmueble ha sido recuperado por la ciudadanía y es hoy el Centro Cultural Torrente Ballester. Además de haber sido usuario de su atención
y facultativos, como queda dicho, a lo largo de mi modesta trayectoria he
vuelto en innumerables ocasiones al "hospital de Canido" con ocasión
de las diversas actividades que el Club de Prensa ha desarrollado en el centro.
El Hospital de Caridad pertenece a nuestro patrimonio, forma parte de la
historia de Ferrol. Hizo bien Lens Tuero -lo felicitamos- poner en orden los
legajos y materiales de archivo para brindárnoslos en forma de libro
"Historia del Santo Hospital de Caridad de Ferrol", bajo el mecenazgo
de la Diputación Provincial de A Coruña.
miércoles, 19 de febrero de 2014
Guitiriz con Díaz Castro
Guitiriz convérteuse onte nun punto
de referencia, nun lugar de encontro. Estamos no centenario do gran poeta Xosé María Díaz
Castro, que un 19 de febreiro de 1914 nacía nos Vilares de Parga. E os
guitiricenses, como non podía ser doutra maneira, non quixeron que pasase
desapercibida a efeméride. Agora, co vate do Vilariño elevado ó cumio das
Letras Galegas, a "litúrxia" do aniversario adquire, sen dúbida, un
sentido de celebración máis excelso, máis de culto e máis de acción de grazas. Onte,
en Guitiriz foi un día de festa grande na que participaron desde os máis
novos ata os maiores, homes e mulleres, paisanos, amigos e familiares,
cultivadores do intelecto, artesáns do verbo florido. Alí, en Guitiriz, onde o
silencio, bálsamo para a mente e o espírito, é roto únicamente polo rumoreo das
mansas augas que regan, sen axotar as
troitas nin as alas dormidas, a campiña chairega, augas que antano moveron
os mil muíños, ríos que pasan pola miña
alma cheos de Deus. Alí, en Guitiriz, onde a plasticidade natural, o
cromatismo da paisaxe é unha regalía para os cinco sentidos, onde a maxia do
bucólico debuxa fértiles paraxes cuxa beleza cantou con tanto lirismo e amor o
homenaxeado poeta. Alí, en Guitiriz onde unha herba pequerrechiña alcanza a categoría universal, onde a primavera
agroma con tons especiais, as estrelas son de ouro e as noites semellan días, e
o sol segue o seu rego deica o mesmo
cadullo. Alí, en Guitiriz, onde o poeta estableceu o seu miradoiro con
nimbos de lus e lúa chea, onde escribeu: quero
morrer de música nunha tarde de pinos/ sen sentir o martelo dun recordo no
sangue/ e caer amodiño na sombra como a lúa/ enterra as súas cornas tras de
Arxán... vintecatro anos despois do seu pasamento e un século máis tarde en
que ¡outro home veu ó mundo! xuntabamonos para cantar e recoñecer a grandeza da humildade dun veciño dos Vilares de Parga
que pensou que os seus poemas non eran poemas nin cimentos de poemas siquera. Son fragmentos de min mesmo perdidos,
coma ventos fuxidos por antigos camiños esquencidos...
lunes, 17 de febrero de 2014
Ricardo Carballo Calero (02-10-1927): "Decir "racinguista" es jugar al balompié con el castellano"
![]() |
Ricardo Carballo Calero recibe el premio de "Ferrolano del año" ( 1977) instituido por los periodistas locales. En la foto, muestra la placa Maite López, compañera de Radio Popular (COPE) |
Hoy, que, al ser lunes, los deportes
suelen ocupar tradicionalmente singular
espacio en los periódicos, se me ocurrió rescatar de mi "cajón de
sastre" un artículo que firmaba el ilustre polígrafo ferrolano Ricardo
Carballo Calero en El Correo Gallego,
el 2 de octubre de 1927 (tenía entonces 17 años y cursaba primero de Derecho),
rechazando el uso de la palabra "racinguista". De hecho, el corrector
automático me la acaba de subrayar como desconocida y aun hoy el propio
diccionario de la Real Academia Española no la reconoce. Decía Carballo Calero
"A los partidarios o jugadores de un equipo "Racing", sea de
Madrid, de Ferrol o de Pekín, se le llama generalmente "racinguista"
y este neologismo, para los que conozcan el castellano, es realmente
insufrible". Argumentaba que para indicar cosa perteneciente a otra,
referente a ella, o dependiente de la misma, la lengua castellana emplea el
procedimiento de añadir a la palabra que
expresa esta última un sufijo, frecuentemente "ista". Y cuando la
palabra en cuestión termina en una vocal que formaría con la inicial del sufijo
un hiato en pugna con la esencia de la lengua castellana, se suprime aquella
vocal. Así de "Celta", "celtista" o de
"Deportivo", "deportivista". "Pues según esto
-escribe-de "Racing" debe decirse "racingista" y no
"racinguista", puesto que la palabra está comprendida en la anterior
regla y no en la citada excepción". El jovencísimo articulista reproducía
las objeciones que supuestamente haría un lector y decía: el pueblo pronuncia
"Racin" y no "Racing" con una "n" seguida de una
"g" final de sílaba porque repugna a la lengua castellana, entonces
debe decirse "racinista" y no "racinguista". Más adelante en su alegato ironiza
críticamente. "El ilustre cronista X.Y. escribe "racinguista".
Enhorabuena; el señor X.Y. es una autoridad en materia técnica deportiva, pero
su opinión no pesa nada en una cuestión como esta, puramente gramatical. Para
fallar en esta cuestión es preciso conocer el castellano, no el
"fútbol". Por último a otra supuesta objeción en el sentido de que
"Racing" es una palabra inglesa y al inglés se debe atender para
formar sus derivados, Carballo Calero replica "es una proposición errónea.
Desde el momento en que la palabra "Racing" se usa en castellano, se
debe elaborar, transformar y utilizar -y esto nadie que sepa gramática ha de
negarlo-según los procedimientos lexicográficos de la lengua de Pereda".
Abunda que, además, en inglés tampoco se llama "racinguista". Termina
el columnista sentenciando "decir "racinguista" es jugar al balompié
con el castellano".
NOTA.-Hecha la consulta a Fundéu (EFE: Fundación del Español Urgente) esta noche pasada, tenía por la mañana esta respuesta
NOTA.-Hecha la consulta a Fundéu (EFE: Fundación del Español Urgente) esta noche pasada, tenía por la mañana esta respuesta
"De hecho, ambas formaciones son válidas, ahora y hace un siglo. La mayoritaria y preferible es la que preserva el sonido: racinguista".
No obstante, la respuesta es bastante lacónica. Se supone que la otra formación válida es "racingista", pero no la concreta ni tampoco razona su posicionamiento. Además, no se entiende que siendo válida, el diccionario de la RAE no la registre, aunque puede ocurrir. Esto es motivo de controversias.
|
sábado, 15 de febrero de 2014
Ferrol Diario, escuela de periodistas: Rafael Permuy
Rafael Permuy es un ferrolano,
vinculado al periodismo militar, director de publicaciones de la editorial Galland Books, diplomado especialista
militar en comunicación social, fue adjunto a la dirección de la Revista
Española de Historia Militar, es comandante de artillería en la reserva,
escribió más de 20 libros, es, con el que suscribe, columnista de Mundiario.com...y para qué seguir.
Brillantísimo curriculum, para aburrir, de seguir desmenuzándolo. Pero me voy a
detener en sus orígenes, porque el amigo y colega es producto de la escuela de Ferrol Diario, como también los somos
otros, aunque con una trayectoria más modesta. Se ha hablado muchas veces, con
polémica servida en su tiempo, de la escuela de pintores ferrolanos, de la
escuela de actores ferrolanos, etc., a la que, sin duda, hay que añadir la
escuela de periodistas ferrolanos, que nos desbravamos en aquel entrañable y
añorado Ferrol Diario de los Jovalo (José Varela Losada), Mario Couceiro,
Vicentón, Arturo Lezcano, Bieito Rubido, José Manuel Orriols, Manuel Torrente,
Manuel Beceiro, Andrés París, Carlos Agulló, Cristobo Ramírez, Xoán Barro, Chisco, Coque Bruquetas, Antonio
Martínez Barcón (Ambar), etc. Como hoy se puede hacer teniendo como referencia
el Diario de Ferrol. A Rafael Permuy
hay que ubicarlo en los primeros años de la década de los setenta, despachando
páginas y páginas del FD, luciendo, ya de jovencito, raza, llamada vocacional y
recursos y habilidades para hacer frente a cualquiera de los géneros. Lo que se
dice un "todoterreno". El reportaje era uno de los géneros apetecidos,
muy gratificante. Una doble página, bien ilustrada gráficamente, con foto y
firma en recuadro del periodista "oficiante", era un trabajo que
lucía, estimulaba el coraje profesional, alimentaba la autoestima. Aunque, en
un periódico pequeño y en aquellas circunstancias acababa uno haciendo de todo,
afortunadamente, porque fue un provechoso rodaje que sentó los cimientos para
muchos profesionales que luego cobraron prestigio y nombre. Yo, compaginando
entonces estudios y periodismo amateur, seguía a Rafael Permuy, lo leía con
fruición, tomaba nota de aquellos magníficos despliegues y, cómo no, anhelaba
seguir su estela productiva. Curiosamente, se puede decir que en el año 1974 le
tomé el relevo. También yo viviría a partir de entonces la emoción de un
periodismo de calle, entregado, sin condiciones, ni horarios, ni cortapisas.
Nos faltaba, eso sí, la libertad, deshacernos de la dictadura. Objetivo que
también se lograría. Rafael Permuy, un periodista como la copa de un pino, un
amigo de siempre.
jueves, 13 de febrero de 2014
"Gente bien", "artesano", "pichonero" y "sportman", estratos sociales ferrolanos de matiz decimonónico
![]() |
Un baile de carnaval de gente bien, de principios del siglo pasado. |
Ferrolano: ¿tú qué eres, "gente
bien", "artesano", "pichonero" o "sportman"? Pues estas eran las clases sociales del siglo XIX. El primer
estrato se entiende por si solo. Hablamos de la clase alta. El
"artesano" es la antítesis, o sea, el estrato más humilde, el
"pichonero" era una especie de integrante de una quinta columna
social, admitida de mala gana por los dos "estratos históricos".
Pero, ojo, porque hubo "pichoneros" que alcanzaron gran relieve en la
época. Contaba el poeta, escritor, más tarde Cronista oficial de la Ciudad,
Mario Couceiro, en un trabajo publicado en Ferrol Diario en el año 1974 sobre "Los
carnavales de nuestro abuelos", que algunos "pichoneros habían
conseguido aparecer en la prensa local con motivo de alguna boda o tuvieron el
honor de que los gacetilleros de entonces registrasen sus nombres a causa de un
veraneo, con chacha y niñera". Una especie de subclase era la de los
"sportmans", que pertenecía al género masculino. No jugaba al fútbol
ni intentaba batir ningún récord deportivo. Entre sus actividades estaba la de
no realizar trabajos manuales o intelectuales que requirieran un gran esfuerzo.
Mario Couceiro señalaba que había conocido a uno de estos
"sportman". Relata que usaba pantalones franela color guinda, jersey
de pico con dibujos egipcios ("influencia del reciente descubrimiento de
la tumba de Tutankamon") y un bello junquillo de procedencia ultramarina.
Hablaba poco y en voz muy bajita, pero a cambio sonreía mucho. "Su máquina
de pensar se hallaba como detenida milagrosamente lo que le añadía a la
expresión de sus ojos un velo poético". Dice Couceiro que un día una tía
suya se detuvo con ese "sportman" a comentar algunas cosas sobre la
benignidad del tiempo y al terminar la
conversación, Mario le dijo a su tía "¿ese señor es tonto?" y la tía
se indignó mucho. "Ese señor es un "sportman", no lo
olvides" le replicó el familiar. Yendo al grano, los carnavales, al
parecer cada estrato celebraba a Momo, pero ningún "bien" se
permitía la bajeza de mezclar su alegría particular con un
"artesano". El martes de antroido, la calle Real se convertía en un
maremagnum de mascaritas que se interpelaban y acaso se insultaban con voz
aflautada y se arrojaban peladillos. Ironizaba Mario Couceiro, refiriéndose a
los carnavales de sus antepasados, que "el martes, los ferrolanos que no
habían leído a Freud ni conocían a Adler, usaban la jornada para descargar un
año de autorrepresión".
Suscribirse a:
Entradas (Atom)