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Recortes de prensa de la época |
miércoles, 29 de enero de 2014
En el 15 aniversario del óbito de Torrente Ballester
domingo, 26 de enero de 2014
La enfermedad retuvo al premiado
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Ramón Castro recibió en nombre de José Luis Alvite, en el ángulo superior izquierdo, el Premio Diego Bernal de periodismo 2014 |
La verdad es que este año hice el
doblete celebrando el patrón de los periodistas San Francisco de Sales. El
viernes acudí al almuerzo, el tradicional cocido, que organiza anualmente la
Asociación de la Prensa de A Coruña (en la que llevo casi treinta años
asociado) y ayer no falté al acto que promueve la Asociación de Periodistas de
Galicia en cuyo marco se entrega el prestigioso Premio Diego Bernal, que en la
versión 2014 recayó en un fenómeno del periodismo y de las letras, el
santiagués José Luis Alvite. Y aún podía llegar al "triplete" si el
Club de Prensa de Ferrol lo programase al pie de la fecha, pero es costumbre
organizarlo en el mes de febrero. Como convenimos algunos de los asistentes a
ambos encuentros, la gran ventaja de estas reuniones de carácter anual es que,
además de tener la oportunidad de aplaudir a colegas premiados, las
aprovechamos para volver la vista sobre compañeros y compañeras que en el resto
del "ejercicio" no nos encontramos. Mayormente para los que, como yo,
se mecen en ese estado de ánimo que es la jubilación y ya ni siquiera nos vemos
por coincidencia en el desempeño del trabajo, porque, claro, no trabajamos. El
patrón celebrado en el hotel Finisterre estuvo como siempre muy concurrido y
animado. A los postres se sortean tantos regalos que casi resulta imposible que
alguien pueda marcharse sin que le sonría la fortuna. Y aunque suele decirse
que periodistas y políticos se repelen, en estas celebraciones se hace tregua.
En la cita de Coruña no falta nunca el alcalde, Carlos Negreira, y en la de
Santiago, el presidente de la Xunta, Núñez Feijóo. La celebrada en el Puerta
del Camino compostelano estuvo presidida por una tensa emoción, ya que el
agasajado no compareció debido a problemas de salud. Padece lo que
eufemísticamente se denomina grave dolencia, es decir, lucha contra un cáncer
del que esperamos todos, asistentes y ausentes,
que salga victorioso. El autor de "Historias del Savoy", para el que
el lenguaje se convierte en una esplendorosa sesión de fuegos de artificio,
para el que la metáfora cobra un escalón en la categoría literaria, para quien
domina el género del relato como Rafa Nadal maneja su muñeca en la alta
competición, no estuvo ayer entre
nosotros, pero sí en nosotros.
viernes, 24 de enero de 2014
Estereotipos y tópicos de hace un siglo
Textos y fotos, nunca mejor dicho en este
último caso, retratan una sociedad con todos sus problemas y encantos. Este día
leyendo noticias locales en El Correo Gallego (etapa ferrolana 1878-1938) observé formulismos que yo mismo he vivido en mi etapa de adolescente y que resultan curiosos, cuando menos. Me refiero a las llamadas frases o expresiones hechas y de
raíz protocolaria que se formulaban en la correspondencia epistolar.
"Queridos padres, espero que al recibo de la presente os encontréis bien
de salud, quedando la mía bien, por el momento, gracias a Dios". Esto lo utilicé rutinariamente muchas veces cuando escribía a casa desde el internado. Pero resultan especialmente singulares los finales de documento, cuando te dirigías a alguna
personalidad. "Queda suyo afectísimo y seguro servidor, que estrecha su
mano". (s.s. q.e.s.m.). O aquella otra que en lugar de estrecharla, besabas
la mano. Lo que hoy llamamos como "saluda" entonces era un B.L.M. (Besa la mano)
Siguiendo la observación del periodismo de aquella etapa, me parece graciosa la manera de
utilizar la fe de erratas. Hoy se le dedica un recuadro y se dice en qué
consiste el gazapo. Vemos como hace un siglo, el periodista escribía que había
habido erratas el día anterior, pero que los lectores las habrían resuelto a su
buen juicio. Y punto. En el caso que sigue a buen seguro que se trata de erratas de ortografía.
Y qué pasaba cuando un amigo de la
Casa se ponía malo? Pues también salía en los papeles y, además, se concretaba
la dolencia para que al lector no le faltara detalle. Es el caso siguiente:
Tampoco había inconveniente en que el
amigo doliente de turno, una vez restablecido, ocupase espacio en el rotativo
local: El ladillo del suelto "Arte musical" podría dar lugar a pensar en el
anuncio de algún concierto o muestra pictórica, por ejemplo, pero no, es que el
recuperado paciente era músico.
Ya si el enfermo tenía la mala
suerte de fallecer y no era católico, se
enterraba en el "cementerio de disidentes", o cementerio civil como se le denominó hasta hace pocos años.
Y para terminar esta sesión de curiosidades, leídas con los anteojos de la actualidad, estereotipos y tópicos de hace un siglo, centro la atención en algo que
se repite hoy día. ¿No vemos en las teles como los mismos comunicadores,
periodistas o presentadores que acaban de darnos una información nos anuncian, a renglón seguido, un
yogour? Pues hace un siglo las publicidades se "perdían" entre los breves
informativos.
miércoles, 22 de enero de 2014
"El grito de la costa enloquecida"
Estos días de atrás en los que se ha
relatado, una vez más, la crónica del temporal desatado en las costas galaicas,
con resultados trágicos para una familia de Meirás, le di a la moviola para
recordar mis "flirteos" con el mar, no exentos de riesgo, que en
ocasiones no alcanzaba a ver porque vives esa etapa de la juventud en que todo
te parece liso y llano, porque crees que las cosas malas les suceden a los
otros, porque piensas que tienes las claves para distinguir lo bueno de lo malo
y reaccionar en tiempo y forma. El mar siempre me convocó. Fui pescador. No
pasé de la categoría de iniciado. Fui pescador desde la ribera y a bordo. Al
margen de la riqueza y tesoros que
encierra en sus entrañas, me motivaba la inmensidad del océano, que se pierde
majestuoso en el horizonte, sus embravecidas aguas que rompen con violencia en las rocas provocando un auténtico festival de espuma al viento, el silencio
sospechoso de un mar de fondo, cuyas ondas súbitamente te privaban de ver
tierra cuando la tenías a dos pasos, la niebla que tendía su manto en cinco
minutos y te dejaba absolutamente
desnortado, el mar rizado, siempre incómodo y zozobrante, los imponderables como la inesperada
avería, la pérdida de un remo, el rizón que has tenido que dejar en el fondo
cortando el cabo porque la pequeña embarcación y el mar empezaban a ser
incompatibles... El mar me motivaba, me atraía (y me atrae) y llegaba a jugar con él a pesar
del enorme respeto y temor que me infunde, porque no hay que olvidar que aún a
los más avezados marineros suele sorprender. El mar es traicionero. Lo habrás
escuchado muchas veces a los hombres que tienen en el mar su medio de vida. A nivel personal ¿sustos? algunos.
Hoy reducidos al género de la anécdota o la peripecia. El mar no lo llevaré en
el ADN, pero va conmigo, forma parte del libro de mi vida, de mi manera
de ser. En mi infancia en tierras esmudienses escuchaba por las noches, en los
inviernos crudos y duros, el airado rumor de las olas, que me asustaba, que amenazaba, o eso pensaba yo, con inundar el fértil valle de Esmelle. Lo que el
poeta inglés Alfred Tennyson denominó "el grito de la costa
enloquecida". Hoy, desde mi retiro de Papoi, recupero aquella gama de
sonidos marinos, de rugidos espectaculares, en la paz y el silencio del mundo
rural.
lunes, 20 de enero de 2014
Tomás Barros Pardo, un intelectual, pintor, poeta y dramaturgo ferrolano ¿quizás olvidado?
Aunque seguramente he de volver
sobre el asunto, me place señalar que un hijo de Tomás Barros, que fuera escritor,
pintor, autor de arte dramático, cofundador de la revista de poesía
"Aturuxo", estuvo recientemente en la ciudad. Con anterioridad nos habíamos
cruzado algunos correos ya que él -que vive en Donostia- tiene interés en acopiar en digital la obra
de su padre y recurrió a mi por si podía darle algunas pistas en relación con
su objetivo. A tal efecto ha establecido contacto y visitado a muchas familias,
en Ferrol y A Coruña -en esta ciudad Tomás Barros ejerció de profesor de dibujo
en la antes llamada Escuela de Magisterio (fui alumno suyo)- poseedoras de
algún apunte o cuadro que su hijo fotografió para incorporarlos a esa
pinacoteca digital que quiere crear.
En el encuentro, celebrado en el hotel
Almirante, estuvo también presente la profesora y exconcejal Mercedes
Carbajales. Tomás Barros Cao, que vino acompañado de su esposa, tuvo la
gentileza de dejarnos un dvd con numerosos datos biográficos, testimonios de
terceras personas y una gran parte parte de la obra de su padre. El audiovisual tiene dos capítulos, por
así decirlo, uno que se titula "La batuta y el prisma", con un
recorrido por la obra de su padre y una entrevista que le hizo en su día para
la CRTVG, otro ferrolano artista y amigo, Siro López, y la segunda parte
"Confieso que he pintado" contiene especie de autorrelato y discurrir
de sus trabajos siguiendo un orden cronológico ascendente. En total, el vídeo
dura cerca de una hora. Particularmente pienso, que aunque la figura de Tomás
Barros pueda ser conocida para las generaciones maduras, tal vez ha quedado en
el olvido su divulgación para los más jóvenes.
Aunque nació accidentalmente en
Toledo, puede considerársele ferrolano porque se vino muy pronto a vivir aquí
de donde eran sus padres. Estudió Magisterio en Santiago y Bellas Artes en San
Fernando de Madrid. Cultivó, además de la pintura, la poesía y el género teatral.
Tiene mucha obra publicada y fue miembro correspondiente de la Real Academia Gallega.
Ejerció, como queda dicho, la cátedra de dibujo en la vecina ciudad de A Coruña y en el lanzamiento de la
revista de poesía Aturuxo llevó como compañeros de viaje al periodista,
escritor y poeta, Mario Couceiro y al abogado y poeta, Miguel C.Vidal.
viernes, 17 de enero de 2014
El Racing, "a todo filispín"
Vicentón, a la izquierda, al que recuerdo en esta acotación, acompañado de Luis Porta de la Encina, centro, y Paco Cobas, también periodistas deportivos, los tres fallecidos. (Foto de mi archivo) |
Hoy le dedico al Racing de Ferrol mi
"Punto y seguido" parafraseando el título de la sección que firmaba
hace tres décadas el añorado Vicentón en el,
también para mi, entrañable Ferrol Diario. ¡Ay mi Racing que ya marca!
como tantas veces escribió el popular periodista deportivo. No solo que ya
marca sino que se ha subido al segundo lugar de la clasificación, pisándole los
talones al líder del que sólo le separa un punto. Ayer era capaz de darle la
vuelta al resultado del partido que había quedado suspendido en el Carlos
Tartiere, siendo que el Oviedo está también entre los cuatro primeros lo que da
valor añadido a la victoria. Y la próxima jornada, derbi gallego, ya que se las
verá en A Malata con el Ourense, situado en la parta alta de la tabla y con
aspiraciones. Seguro que el club ferrolano también resolverá el compromiso favorablemente,
ahora con una afición entregada. El conjunto ferrolano va "a todo
filispín" (a toda velocidad) cara a la Segunda A que es su histórica
categoría. Yo lo escribí en twitter el año pasado cuando vi que la Tercera era
para los locales un simple paseo triunfal. Alguien me dijo que me relajara.
Pues ahí están. Es verdad que falta mucha competición por disputar, pero la
trayectoria que lleva es prueba evidente de que hay todo un equipazo, de gente seria,
humilde, ilusionada y trabajadora, con moral de victoria -que diría otro
periodista de antaño, Francisco Valle Romero- que es capaz de someter a los más
directos y difíciles rivales. Uno hizo durante muchos años crónica deportiva,
vivió ascensos y descensos -el fútbol es así, sobre todo en clubes modestos
como el nuestro- algo sabe, por consiguiente, sobre las alegrías y las
tristezas, el sufrimiento y apoyo de los incondicionales, de los que nunca
fallan. Por eso hoy, con un Racing de vicelíder el que suscribe no puede menos
que compartir una euforia contenida, pero euforia al fin y al cabo, con esos
seguidores fieles, porque o mucho tienen que torcerse las cosas o Ferrol tiene
cada vez más cerca la opción de tener a su equipo en la categoría de plata.
miércoles, 15 de enero de 2014
El arsenal de Ferrol, "la nona maravilla del mundo"
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En la foto, la sala de armas |
Ayer, día 14, se cumplieron nada
menos que doscientos sesenta y cuatro años en que por Real Orden se mandó
construir el arsenal de Ferrol. La iniciativa partió de Felipe V y tuvo
continuidad en Fernando VI y Carlos III. De las obras y de las instalaciones se
han dicho maravillas, nunca mejor dicho, porque el asturiano Eugenio Álvarez
Caballero, a la sazón alcalde de las villas de Ferrol y la Graña y más tarde
ministro de Carlos IV en un escrito elevado al rey Carlos III, el 25 de junio
de 1875, señalaba "suntuosas obras que con embidia de otras naciones y
como nona maravilla del mundo, se miran ya concluidas". Pero no solo Álvarez Caballero , sino también el que
entonces iba a ser presidente de los EEUU, John Adams llegó a Ferrol a bordo de
la fragata francesa "Sensible" que tuvo que reparar una vía de agua. Esto sucedía
el 8 de diciembre de 1799. Por dicha razón tuvo que estar un mes en esta ciudad
y en su diario dejó escrito: "las obras públicas, las fortificaciones, los
arsenales, los cuarteles construidos de un piedra semejante a la de Baintree
exceden en interés a cuanto había visto hasta ahora". El marino e
ingeniero Andrés A. Comerma escribía en el Anuario de 1906 que todos los ministros de Marina "han
pensado en conservarlo por ser considerado hasta ahora por los extraños como
uno de los mejores del mundo, no solo por su posición topográfica y estratégica
sino por la magnificencia de sus almacenes, talleres, diques, dársenas y
baterías". Claro que, leyenda o no, cuentan que uno de los borbones se asomó
un día al balcón para quedar con la vista puesta en el horizonte y un ayudante
le preguntó qué miraba y él dicen que respondió con algo así "estoy
tratando de ver los arsenales de Ferrol que por el tiempo que llevan las obras deben de
estar a punto de contemplarse desde Madrid". El historiador José
A. Rodriguez Villasante dice "en el
Arsenal de Ferrol se aprecian claramente las novedades de la Ilustración: el
despegue del proceso artesanal del diseño en la arquitectura y la ingeniería
moderna". En definitiva todos han sido elogios hacia esta obra que
actualmente resulta emblemática en el patrimonio monumental ferrolano. De hecho
se incluye en las rutas para turistas, como no podía ser de otra manera y, como
es también sabido, aspira al título de la Unesco. El arsenal ocupa unos 240.000
metros cuadrados de superficie.
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