miércoles, 29 de enero de 2014

En el 15 aniversario del óbito de Torrente Ballester

Recortes de prensa de la época
Hace quince años el escritor y académico Gonzalo Torrente Ballester era enterrado en el cementerio de Serantes. El autor de los Gozos y las Sombras quiso descansar para siempre en su lugar de nacimiento. Contaba entonces 88 años y medio, edad a la que llegaba muy debilitado tras sufrir varios episodios cardíacos. El sepelio se convirtió en todo un acontecimiento de calado político, literario, cultural e intelectual. Era entonces ministro de Cultura Mariano Rajoy, que acudió a dar el pésame a la familia. Por otro lado, las principales autoridades de la Xunta, encabezadas por Manuel Fraga, conselleiro de Cultura, Pérez Varela, presidente del Consello da Cultura Galega, Carlos Casares, gran amigo y contertulio de Torrente, el titular de la Real Academia Española, García de la Concha y el Nobel José Saramago se reunieron en un almuerzo que se convirtió en una tertulia-homenaje. Ya en el cementerio de Serantes, después de haber estado instalada la capilla ardiente en el salón de sesiones del Ayuntamiento, Carlos Núñez interpretó "Negra sombra", a petición de la viuda Fernanda Sánchez-Guisande, siendo la primera vez que el famoso gaiteiro tocaba esta obra. A la necrópolis de Serantes acudió un gran número de personalidades civiles, militares, académicas y del mundo de la política. En los diarios fue tratado el óbito con grandes espacios y titulares. "Muere Torrente Ballester, gran fabulador de misterios" (El País), Manuel Rivas en este mismo periódico escribía una columna que titulaba "Ha muerto una nación". "El señor de la pajarita", por Juan Luis Cebrián, "El escritor dramático" por Eduardo Haro Teglen, "Memoria de la inteligencia", por Juan Cruz, "Un amante de lo estrafalario", por Carlos Casares, "Un maestro del periodismo, por César Antonio Molina...En los medios locales: "Detrás de la literatura, el hombre" de José A. Ponte Far, Literatura y Periodismo, de Germán Castro, "El recuerdo de Torrente", de J.M. López Ramón. Más allá, en páginas de diarios gallegos "Réquiem polo vello amigo", de Francisco Fernández del Riego, "Un escritor inmenso", de Suso de Toro, "Cando as meigas bicaban a Torrente" de Xosé Carlos Caneiro, "Adeus" de Carlos Casares, toda una polifonía literaria que llevaba como denominador común la exaltación de Gonzalo Torrente Ballester, al que los periodistas ferrolanos habíamos recuperado en el año 1977 nombrándole "Ferrolano del año". Sirvan estas líneas de recordatorio del fallecimiento y del eco que en su momento tuvo el deceso.

domingo, 26 de enero de 2014

La enfermedad retuvo al premiado

Ramón Castro recibió en nombre de José Luis Alvite,
en el ángulo superior izquierdo, el Premio Diego Bernal
de periodismo 2014
La verdad es que este año hice el doblete celebrando el patrón de los periodistas San Francisco de Sales. El viernes acudí al almuerzo, el tradicional cocido, que organiza anualmente la Asociación de la Prensa de A Coruña (en la que llevo casi treinta años asociado) y ayer no falté al acto que promueve la Asociación de Periodistas de Galicia en cuyo marco se entrega el prestigioso Premio Diego Bernal, que en la versión 2014 recayó en un fenómeno del periodismo y de las letras, el santiagués José Luis Alvite. Y aún podía llegar al "triplete" si el Club de Prensa de Ferrol lo programase al pie de la fecha, pero es costumbre organizarlo en el mes de febrero. Como convenimos algunos de los asistentes a ambos encuentros, la gran ventaja de estas reuniones de carácter anual es que, además de tener la oportunidad de aplaudir a colegas premiados, las aprovechamos para volver la vista sobre compañeros y compañeras que en el resto del "ejercicio" no nos encontramos. Mayormente para los que, como yo, se mecen en ese estado de ánimo que es la jubilación y ya ni siquiera nos vemos por coincidencia en el desempeño del trabajo, porque, claro, no trabajamos. El patrón celebrado en el hotel Finisterre estuvo como siempre muy concurrido y animado. A los postres se sortean tantos regalos que casi resulta imposible que alguien pueda marcharse sin que le sonría la fortuna. Y aunque suele decirse que periodistas y políticos se repelen, en estas celebraciones se hace tregua. En la cita de Coruña no falta nunca el alcalde, Carlos Negreira, y en la de Santiago, el presidente de la Xunta, Núñez Feijóo. La celebrada en el Puerta del Camino compostelano estuvo presidida por una tensa emoción, ya que el agasajado no compareció debido a problemas de salud. Padece lo que eufemísticamente se denomina grave dolencia, es decir, lucha contra un cáncer del que esperamos todos, asistentes y ausentes, que salga victorioso. El autor de "Historias del Savoy", para el que el lenguaje se convierte en una esplendorosa sesión de fuegos de artificio, para el que la metáfora cobra un escalón en la categoría literaria, para quien domina el género del relato como Rafa Nadal maneja su muñeca en la alta competición, no  estuvo ayer entre nosotros, pero sí en nosotros.  

viernes, 24 de enero de 2014

Estereotipos y tópicos de hace un siglo

Textos y fotos, nunca mejor dicho en este último caso, retratan una sociedad con todos sus problemas y encantos. Este día leyendo noticias locales en El Correo Gallego (etapa ferrolana 1878-1938) observé formulismos que yo mismo he vivido en mi etapa de adolescente y que resultan curiosos, cuando menos. Me refiero a las llamadas frases o expresiones hechas y de raíz protocolaria que se formulaban en la correspondencia epistolar. "Queridos padres, espero que al recibo de la presente os encontréis bien de salud, quedando la mía bien, por el momento, gracias a Dios". Esto lo utilicé rutinariamente muchas veces cuando escribía a casa desde el internado. Pero resultan especialmente singulares los finales de documento, cuando te dirigías a alguna personalidad. "Queda suyo afectísimo y seguro servidor, que estrecha su mano". (s.s. q.e.s.m.). O aquella otra que en lugar de estrecharla, besabas la mano. Lo que hoy llamamos como "saluda" entonces era un B.L.M. (Besa la mano)

                                          


Siguiendo la observación del periodismo de aquella etapa, me parece graciosa la manera de utilizar la fe de erratas. Hoy se le dedica un recuadro y se dice en qué consiste el gazapo. Vemos como hace un siglo, el periodista escribía que había habido erratas el día anterior, pero que los lectores las habrían resuelto a su buen juicio. Y punto. En el caso que sigue a buen seguro que se trata de erratas de ortografía.


                                          

Y qué pasaba cuando un amigo de la Casa se ponía malo? Pues también salía en los papeles y, además, se concretaba la dolencia para que al lector no le faltara detalle. Es el caso siguiente:

                                          

Tampoco había inconveniente en que el amigo doliente de turno, una vez restablecido, ocupase espacio en el rotativo local: El ladillo del suelto "Arte musical" podría dar lugar a pensar en el anuncio de algún concierto o muestra pictórica, por ejemplo, pero no, es que el recuperado paciente era músico.

                                          

Ya si el enfermo tenía la mala suerte de fallecer y no era católico, se enterraba en el "cementerio de disidentes", o cementerio civil como se le denominó hasta hace pocos años.

                                          

Y para terminar esta sesión de curiosidades, leídas con los anteojos de la actualidad, estereotipos y tópicos de hace un siglo, centro la atención en algo que se repite hoy día. ¿No vemos en las teles como los mismos comunicadores, periodistas o presentadores que acaban de darnos una información nos anuncian, a renglón seguido, un yogour? Pues hace un siglo las publicidades se "perdían" entre los breves informativos.



                                          

miércoles, 22 de enero de 2014

"El grito de la costa enloquecida"

Estos días de atrás en los que se ha relatado, una vez más, la crónica del temporal desatado en las costas galaicas, con resultados trágicos para una familia de Meirás, le di a la moviola para recordar mis "flirteos" con el mar, no exentos de riesgo, que en ocasiones no alcanzaba a ver porque vives esa etapa de la juventud en que todo te parece liso y llano, porque crees que las cosas malas les suceden a los otros, porque piensas que tienes las claves para distinguir lo bueno de lo malo y reaccionar en tiempo y forma. El mar siempre me convocó. Fui pescador. No pasé de la categoría de iniciado. Fui pescador desde la ribera y a bordo. Al margen de la riqueza y tesoros  que encierra en sus entrañas, me motivaba la inmensidad del océano, que se pierde majestuoso en el horizonte, sus embravecidas aguas que rompen con violencia en las rocas provocando un auténtico festival de espuma al viento, el silencio sospechoso de un mar de fondo, cuyas ondas súbitamente te privaban de ver tierra cuando la tenías a dos pasos, la niebla que tendía su manto en cinco minutos y te dejaba absolutamente desnortado, el mar rizado, siempre incómodo y zozobrante, los imponderables como la inesperada avería, la pérdida de un remo, el rizón que has tenido que dejar en el fondo cortando el cabo porque la pequeña embarcación y el mar empezaban a ser incompatibles... El mar me motivaba, me atraía (y me atrae) y llegaba a jugar con él a pesar del enorme respeto y temor que me infunde, porque no hay que olvidar que aún a los más avezados marineros suele sorprender. El mar es traicionero. Lo habrás escuchado muchas veces a los hombres que tienen en el mar su medio de vida. A nivel personal ¿sustos? algunos. Hoy reducidos al género de la anécdota o la peripecia. El mar no lo llevaré en el ADN, pero va conmigo, forma parte del libro de mi vida, de mi manera de ser. En mi infancia en tierras esmudienses escuchaba por las noches, en los inviernos crudos y duros,  el airado rumor de las olas, que me asustaba, que amenazaba, o eso pensaba yo, con inundar el fértil valle de Esmelle. Lo que el poeta inglés Alfred Tennyson denominó "el grito de la costa enloquecida". Hoy, desde mi retiro de Papoi, recupero aquella gama de sonidos marinos, de rugidos espectaculares, en la paz y el silencio del mundo rural. 

lunes, 20 de enero de 2014

Tomás Barros Pardo, un intelectual, pintor, poeta y dramaturgo ferrolano ¿quizás olvidado?

Una foto del encuentro celebrado en Ferrol con Barros
Cao, primero por la izquierda, de pie, y su esposa, Ana Aretxaga, 

segunda por la derecha, sentada. Invitados a la cita, 
Mercedes Carbajales, primera de la izquierda, sentada y el
editor de este blog.
Aunque seguramente he de volver sobre el asunto, me place señalar que un hijo de Tomás Barros, que fuera escritor, pintor, autor de arte dramático, cofundador de la revista de poesía "Aturuxo", estuvo recientemente en la ciudad. Con anterioridad nos habíamos cruzado algunos correos ya que él -que vive en Donostia- tiene interés en acopiar en digital la obra de su padre y recurrió a mi por si podía darle algunas pistas en relación con su objetivo. A tal efecto ha establecido contacto y visitado a muchas familias, en Ferrol y A Coruña -en esta ciudad Tomás Barros ejerció de profesor de dibujo en la antes llamada Escuela de Magisterio (fui alumno suyo)- poseedoras de algún apunte o cuadro que su hijo fotografió para incorporarlos a esa pinacoteca digital que quiere crear.
En el encuentro, celebrado en el hotel Almirante, estuvo también presente la profesora y exconcejal Mercedes Carbajales. Tomás Barros Cao, que vino acompañado de su esposa, tuvo la gentileza de dejarnos un dvd con numerosos datos biográficos, testimonios de terceras personas y una gran parte parte de la obra de su padre. El audiovisual tiene dos capítulos, por así decirlo, uno que se titula "La batuta y el prisma", con un recorrido por la obra de su padre y una entrevista que le hizo en su día para la CRTVG, otro ferrolano artista y amigo, Siro López, y la segunda parte "Confieso que he pintado" contiene especie de autorrelato y discurrir de sus trabajos siguiendo un orden cronológico ascendente. En total, el vídeo dura cerca de una hora. Particularmente pienso, que aunque la figura de Tomás Barros pueda ser conocida para las generaciones maduras, tal vez ha quedado en el olvido su divulgación para los más jóvenes.
Aunque nació accidentalmente en Toledo, puede considerársele ferrolano porque se vino muy pronto a vivir aquí de donde eran sus padres. Estudió Magisterio en Santiago y Bellas Artes en San Fernando de Madrid. Cultivó, además de la pintura, la poesía y el género teatral. Tiene mucha obra publicada y fue miembro correspondiente de la Real Academia Gallega. Ejerció, como queda dicho, la cátedra de dibujo en la vecina ciudad de A Coruña y en el lanzamiento de la revista de poesía Aturuxo llevó como compañeros de viaje al periodista, escritor y poeta, Mario Couceiro y al abogado y poeta, Miguel C.Vidal.


viernes, 17 de enero de 2014

El Racing, "a todo filispín"

Vicentón, a la izquierda, al que recuerdo en esta acotación,
acompañado de Luis Porta de la Encina, centro, y Paco
Cobas, también periodistas deportivos, los tres fallecidos
.
(Foto de mi archivo)
Hoy le dedico al Racing de Ferrol mi "Punto y seguido" parafraseando el título de la sección que firmaba hace tres décadas el añorado Vicentón en el,  también para mi, entrañable Ferrol Diario. ¡Ay mi Racing que ya marca! como tantas veces escribió el popular periodista deportivo. No solo que ya marca sino que se ha subido al segundo lugar de la clasificación, pisándole los talones al líder del que sólo le separa un punto. Ayer era capaz de darle la vuelta al resultado del partido que había quedado suspendido en el Carlos Tartiere, siendo que el Oviedo está también entre los cuatro primeros lo que da valor añadido a la victoria. Y la próxima jornada, derbi gallego, ya que se las verá en A Malata con el Ourense, situado en la parta alta de la tabla y con aspiraciones. Seguro que el club ferrolano también resolverá el compromiso favorablemente, ahora con una afición entregada. El conjunto ferrolano va "a todo filispín" (a toda velocidad) cara a la Segunda A que es su histórica categoría. Yo lo escribí en twitter el año pasado cuando vi que la Tercera era para los locales un simple paseo triunfal. Alguien me dijo que me relajara. Pues ahí están. Es verdad que falta mucha competición por disputar, pero la trayectoria que lleva es prueba evidente de que hay todo un equipazo, de gente seria, humilde, ilusionada y trabajadora, con moral de victoria -que diría otro periodista de antaño, Francisco Valle Romero- que es capaz de someter a los más directos y difíciles rivales. Uno hizo durante muchos años crónica deportiva, vivió ascensos y descensos -el fútbol es así, sobre todo en clubes modestos como el nuestro- algo sabe, por consiguiente, sobre las alegrías y las tristezas, el sufrimiento y apoyo de los incondicionales, de los que nunca fallan. Por eso hoy, con un Racing de vicelíder el que suscribe no puede menos que compartir una euforia contenida, pero euforia al fin y al cabo, con esos seguidores fieles, porque o mucho tienen que torcerse las cosas o Ferrol tiene cada vez más cerca la opción de tener a su equipo en la categoría de plata. 

miércoles, 15 de enero de 2014

El arsenal de Ferrol, "la nona maravilla del mundo"



En la foto, la sala de armas

Ayer, día 14, se cumplieron nada menos que doscientos sesenta y cuatro años en que por Real Orden se mandó construir el arsenal de Ferrol. La iniciativa partió de Felipe V y tuvo continuidad en Fernando VI y Carlos III. De las obras y de las instalaciones se han dicho maravillas, nunca mejor dicho, porque el asturiano Eugenio Álvarez Caballero, a la sazón alcalde de las villas de Ferrol y la Graña y más tarde ministro de Carlos IV en un escrito elevado al rey Carlos III, el 25 de junio de 1875, señalaba "suntuosas obras que con embidia de otras naciones y como nona maravilla del mundo, se miran ya concluidas". Pero no solo  Álvarez Caballero , sino también el que entonces iba a ser presidente de los EEUU, John Adams llegó a Ferrol a bordo de la fragata francesa "Sensible" que tuvo que reparar una vía de agua. Esto sucedía el 8 de diciembre de 1799. Por dicha razón tuvo que estar un mes en esta ciudad y en su diario dejó escrito: "las obras públicas, las fortificaciones, los arsenales, los cuarteles construidos de un piedra semejante a la de Baintree exceden en interés a cuanto había visto hasta ahora". El marino e ingeniero Andrés A. Comerma escribía en el Anuario de 1906  que todos los ministros de Marina "han pensado en conservarlo por ser considerado hasta ahora por los extraños como uno de los mejores del mundo, no solo por su posición topográfica y estratégica sino por la magnificencia de sus almacenes, talleres, diques, dársenas y baterías". Claro que, leyenda o no, cuentan que uno de los borbones se asomó un día al balcón para quedar con la vista puesta en el horizonte y un ayudante le preguntó qué miraba y él dicen que respondió con algo así "estoy tratando de ver los arsenales de Ferrol que por el tiempo que llevan las obras deben de estar a punto de contemplarse desde Madrid". El historiador José A. Rodriguez Villasante dice  "en el Arsenal de Ferrol se aprecian claramente las novedades de la Ilustración: el despegue del proceso artesanal del diseño en la arquitectura y la ingeniería moderna". En definitiva todos han sido elogios hacia esta obra que actualmente resulta emblemática en el patrimonio monumental ferrolano. De hecho se incluye en las rutas para turistas, como no podía ser de otra manera y, como es también sabido, aspira al título de la Unesco. El arsenal ocupa unos 240.000 metros cuadrados de superficie.