martes, 31 de diciembre de 2013

¡A por uvas! ¡Feliz 2014!



Aspecto parcial de la portada de El Correo Gallego
hace un siglo. Nos puede valer hoy.
Inquieto por saber o conocer la versión del consumo de las uvas en la Nochevieja, con cierta paciencia me dediqué a "bucear" en la prensa de principios del siglo pasado, concretamente en El Correo Gallego, que es la hemeroteca que poseo. También puse infructuosamente pistas en la hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional de España. Y digo infructuosamente porque no encontré referencia alguna. Veo que en Wikipedia se dice que la versión más arraigada es que la tradición parte de la iniciativa de un grupo de viticultores alicantinos que en 1909 tenían un excedente del producto y pregonaron que si se tomaban uvas sería de buena suerte el año siguiente. Pero esa misma enciclopedia digital señala que otras fuentes documentadas, aunque no las cita, apuntan que las uvas ya se tomaban, cuando menos, a partir de 1897. Revisé las crónicas de fin de año del último trienio del XIX y primeros años del XX y la costumbre era que, llegadas las doce, "la música tocaba una jota típica del país". Pero en 1910, año siguiente al de referencia, leo "las jóvenes fueron obsequiadas a la expresada hora (doce de la noche) con lujosas bolsas conteniendo racimos de uvas acarameladas". Más adelante, en el 1914, la reseña del baile del Casino Ferrolano subrayaba: "Se bailaba hasta las 11:45 horas, momento en el que se repartían ramitos de uvas a los que con un artístico lazo iban sujetas unas cartulinas con el letrero "Felicidades". Lo que no encuentro en ese diario es información adicional alguna sobre el origen de lo que se convertiría hasta hoy en una nueva tradición. No obstante, aproveché la oportunidad para poder constatar la "marchilla" que protagonizaban nuestros ancestros en la última noche del año, a principios del siglo pasado. Nada especial si nos atenemos a que los programas apenas ocupaban titulares, más bien el cronista de turno los despachaba en un par de sueltos. Las sociedades como el Círculo de Artesanos, Club Recreativo, Casino Ferrolano, La Camelia... organizaban bailes que se prolongaban hasta las cinco o seis de la mañana. En las calles actuaban las "parrandas", con guitarra y acordeón, pero eran noches demasiado tranquilas a juzgar por lo que un periodista dejó escrito "la noche del 31 de diciembre (1913) resultó menos animada que en años anteriores, ni una pendencia, ni una borrachera de importancia ...". Es curioso como se agasajaba en aquellas crónicas a las mujeres ferrolanas. En un baile de La Camelia "pocas veces se recuerda por allí tanta muchacha bonita". En el Círculo de Artesanos, "lindísimas muchachas vistiendo elegantísimos trajes de tonos claros, entre los que predominaban el azul y blanco, daban al salón aspecto alegre y encantador". En muchos casos, incluso se citaban una por una los nombres de las chicas asistentes. No faltaba en estas crónicas de El Correo Gallego alguna anécdota vivida por los propios periodistas. En 1923 reza un suelto "en el momento de sonar las doce campanadas en el reloj de Dolores (iglesia), que con religiosidad escuchamos desde la Redacción, oimos una voz alcohólica que gritó en plena calle "Viva el divorcio". ¡¡Cómo andaría por casa el interpelante!! apostillaba el periodista.
 
Queridos amigos, ¡feliz despedida de año y mis mejores deseos para el 2014! 

domingo, 29 de diciembre de 2013

Las inocentadas, de ayer a hoy


A la izquierda el recorte de Ferrol Diario, 28 de diciembre de 1974, y a la derecha
el del digital Ferrol360, de fecha de ayer, con sendas inocentadas
Ayer, día de los Inocentes me he dado un "paseo", "a todo filispín" (velozmente) como decimos en Ferrol, por la prensa local para ver si el sentido del humor y la tradición circulaban, ntes como ahora, por las páginas de los periódicos. Existen diversas opiniones al respecto. Hay quien cree que no procede que el papel prensa o los medios de comunicación, en general, induzcan a la inocentada porque se pueden herir susceptibilidades e incluso provocar algún posible daño. Otros, por el contrario piensan que se si se hacen las inocentadas con el debido tacto, caben perfectamente en los titulares del día 28 de diciembre. Para echar una mirada a un siglo atrás, o algo más, recurrí a El Correo Gallego, a la sazón periódico local (se vendió a una empresa de Santiago en el año 1938) y no hice grandes hallazgos. Se hacía referencia a la fecha en tono jocoso, pero no se gastaban inocentadas. Por ejemplo en el año 1883, hace 130 años, encuentro un suelto que dice "Antes de las 10 de la noche de ayer (28 de diciembre) estaban chamuscando un cerdo en la plaza de Armas. Esta noticia no es de inocentes. Lo advertimos para que nuestros lectores no crean que gastamos inocentadas con las ordenanzas municipales". En otro lugar, en la misma línea que el anterior, leemos "ayer tarde cuando era mayor la aglomeración de gentes en el muelle que acudía a la espera del vapor de la Coruña, se cambiaron dos tiernecitos carreteros algunas docenas de bofetadas con toda la tranquilidad del mundo. Como ayer era día de inocentes, nada tiene de particular que los dos muchachos contendientes celebrasen el día". En el 1893, diez años después, El Correo Gallego relata un episodio acontecido en el Mercado "Por mor de los Inocentes hubo ayer en el Mercado Central un escándalo de los de primera". Cuenta que una "criada de servicio" hizo la compra de varios géneros diciéndole a la revendedora "Los santos inocentes se lo vendrán a pagar". La comercianta se descalzó una zueca y se dirigió a la "inocente doméstica" que pretendía escurrirse", protestada por los concurrentes, que tomaron partido por la vendedora. Remata la historieta "El Herodes municipal puso al fin paz y orden en el gallinero". Si nos acercamos en el tiempo, del añorado Ferrol Diario (1969-1981) extraigo una inocentada que llegó a enojar a algunos ciudadanos. Hubo quien la calificó de cruel porque se jugaba con la necesidad de las personas. Como se ve en el recorte que adjunto, y en el que se piden disculpas a los posibles incautos, se instaba a la solicitud de unas viviendas sobrantes del polígono de Caranza. Obviamente, hubo ciudadanos que "picaron" y acudieron al Ayuntamiento para cumplir el falso trámite. Esto ocurría el 28 de diciembre de 1974. Al año siguiente, el mismo diario sacaba en portada que se había caído la muralla del parque municipal, algo creíble pero al propio tiempo inocuo, que al día siguiente aclaraba. Situados en la actualidad, ayer observé que el digital Ferrol360 abría con la inocentada del popular personaje "Pacharita", que se presentaría a las elecciones municipales de 2015. En este caso lo grotesco de la propia noticia inducía a pensar en la inocentada, pero además, en la misma información se revelaba que era una inocentada. Es decir, exquisito el tratamiento. Sigue siendo costumbre pegar o colgar el monigote blanco en la espalda del amigo o compañero, modificarle la hora en el reloj, etc. Entre los periodistas, personalmente recuerdo que hace muchos años, al finalizar una convocatoria de prensa en el Parador de Turismo, uno de los colegas dijo: ¿Sabéis lo del accidente en San Sadurniño"? Todo el mundo perplejo y el interpelante continúa "fue un camión y hay muertos. Yo voy para allá". Hubo quien "picó" e hizo el viaje en balde. A la vuelta juraba en arameo.

viernes, 27 de diciembre de 2013

De la brevedad del ciclo vital




Pedro Castro Río, a la izquierda, en una de las
últimas reuniones anuales que se celebran
en Mondoñedo (Foto autor)
Habíamos quedado en mantener contactos para ver de programar una actuación de la "Coral Polifónica Follas Novas" en Ferrol, prestigiosa colectividad coruñesa de la que él era el presidente. Lo hablamos en el último encuentro de exseminaristas que celebramos anualmente, el segundo viernes de agosto, en Mondoñedo. Desde entonces hubo un cruce de correos por otras razones y el tema de "Follas Novas" quedó sobre la mesa, pendiente de concreción. En Ferrol buscaríamos la "percha" para encajar la presencia de la histórica agrupación. Ayer me llamaron para decirme que Pedro Castro Río había fallecido, de manera súbita. Mi interlocutor, también antiguo compañero en el Seminario, me lo decía así "tenemos otra baja", para darme a continuación la identidad. Ya no era la primera vez que me llamaba para informarme del fallecimiento de compañeros. De ahí lo de "otra baja". Y ya van unas cuantas de aquel curso que realizó el ingreso en Lourenzá en el año 1954. Precisamente, en la cita pasada comentábamos con relativa euforia que en agosto del 2014 deberíamos de celebrar el ¡sesenta! aniversario. Lo recordaremos. Aunque el abandono de la carrera de cura nos dispersó y cada cual buscó una salida a su vida laboral y profesional, estas reuniones anuales, que se vienen celebrando desde hace un cuarto de siglo, nos permitieron rebobinar en nuestras vidas, volver la vista atrás, pero también reconstruir fuertes lazos de compañerismo y amistad forjados en la austeridad de un tiempo y unas circunstancias. Por eso siento la pérdida. Era persona de mirada plácida, de palabra templada, de gesto discreto. Era un hombre de compromiso personal con la cultura, indiscutible reflejo de ese humanismo que mamamos en Mondoñedo a la luz de los clásicos latinos, sello indisimulado de todos cuantos pasamos por las aulas de Santa Catalina. Éramos de la misma "quinta", del 44, él nacido en Vilalba. Los recuerdos me remiten a la brevedad del ciclo vital. "Tempus fugit". Pedro Castro Río, ya en la memoria.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Un belén con más de 60 años de historia


El artista ferrolano Alfredo Martín y su
histórico belén que ya tiene
más de sesenta años
 
Varias generaciones de ferrolanos han disfrutado de un belén que tiene más de sesenta años y que es obra del imaginero local Alfredo Martín, que fue su creador cuando tenía solo 20 años. El artista actualmente tiene 84 y sigue al pie del cañón. Todavía en el pasado mes de noviembre fue objeto de un homenaje por parte de la Banda de Veteranos de la Asociación Cultural Acotaga, que reconocía en este hombre, además de la creación del belén, haber sido promotor de la Cabalgata de Reyes tras la guerra civil, fundador de las cofradías de la Orden Tercera e impulsor de la Banda de Granaderos en los años 70. No hay que olvidar, por otro lado, que es también el autor de la "Passio" que se escenifica cada año por Semana Santa. Volviendo al belén y a su arraigo generacional, he de señalar que ya en su tiempo se ocupó de la obra el NODO, luego lo hicieron las televisiones e incluso, según aparece en alguna referencia, se hizo eco del mismo la serie "Cuéntame". En sus orígenes las figuras eran planas y dibujadas en cartones, pero ya tenían movimiento. Con el paso del tiempo fueron tomando forma y el belén fue creciendo tanto en número de personajes como en construcciones. Las figuras son marionetas pero en lugar de estar sujetas desde arriba a los hilos lo están desde abajo, con los hilos ocultos. Un bloguero que firma con las iniciales G.M. aborda con detalle la plasticidad del montaje. Dice "Es como mágico poder ver durante la representación como esas figuras (casi 200), de unos 10 cm de altura, son capaces de llevar a cabo diversas tareas; así por ejemplo el pintor moja la brocha y pinta de verdad, el tamborilero toca el tambor y hace además redobles, el carpintero clava una punta de verdad, los leñadores cortan un arbol, otro sierra una tabla hasta partirla, etc. No falta ningún detalle, hay ovejas, vacas, pastores, útiles de labranza, el río, edificaciones y todo lo que se pueda ocurrir. Para que todo este montaje funcione se precisa de 7 personas durante la representación para mover los hilos de las figuras, poner en funcionamiento las luces, los elementos hidráulicos, megafonía, etc", concluye G.M. Conozco personalmente a Alfredo Martín, es persona de una talla humana impresionante. Todos los años suele visitar las sedes de los periódicos con su folleto o tríptico implicando a los medios en la divulgación de su obra. Con la humildad y modestia que lo caracteriza, se queja de que nunca tuvo apoyo decisivo de las instituciones locales, ello a pesar de que siempre gozó del calor del público, que en gran número acude todos los años a la cita con su belén. Y así desde la década de los cuarenta del siglo pasado. Hoy, día de Navidad, lo visitarán mis nietos.

lunes, 23 de diciembre de 2013

"Chuspi": una lección más de fidelidad


"Chuspi"
Un sobrino me acaba de enviar a través de facebook una foto en la que además de aparecer él y su hermano, se ve a un perrito que inmediatamente me ha retrotraído en el tiempo (más de 40 años atrás) con una historia que diría llena de ternura y humanidad si no fuera que se trata de un animalito, al que llamábamos "Chuspi". No me acuerdo de las razones de este nombre. Era pequeño, de raza cruzada. Pero si no hablo de humanidad sí que hablo de la proverbial fidelidad del perro. Era verano y un día decidí, cosa que nunca había hecho, llevar al "Chuspi" a la playa, uno de estos hermosos arenales, vírgenes aún hoy, de mar abierto, que jalonan la costa ferrolana. Al llegar, el perro se mostró extrañado con la arena, las olas, los bañistas...y no se separaba de mi, jugueteando constantemente, siempre muy pendiente de mis movimientos. En esto hizo acto de presencia un niño, de unos diez años, que le hizo gracia el caniche y pronto familiarizaron. Aproveché la oportunidad para darme un chapuzón. Andaba yo haciendo unos "largos" cuando veo venir a "Chuspi" escopetado, nadando como si naciera al pie del mar, cuerpo sumergido, cabecita erguida sin quitarme la vista de encima. Yo salí a su encuentro y el animal se lanzó a mi como queriendo agarrarme, poniéndome perdido de arañazos. Me deshice como pude del animal y este decidió subirse a una roca baja, que había en las proximidades. Desde allí, mirándome empezó a lanzar gemidos, mientras yo me sumergía y volvía a sacar cabeza una y otra vez, muy incómodo porque el agua salada impactaba en los arañazos y me provocaba molestias. El perro al ver que hundía todo el cuerpo en la mar volvió a lanzarse al agua y desesperado intentó agarrarme de nuevo. El episodio había despertado ya la curiosidad de todos los bañistas que seguían las evoluciones del perro y su amo. Un hombre de veterana edad se introdujo en la mar, se acercó a mi y me dijo "estábamos comentando en la playa que el perro no es que quiera jugar contigo sino que está angustiado porque cree que estás en peligro y se lanza a ti porque quiere rescatarte". Sin pensarlo retorné a tierra firme manteniendo la distancia con "Chuspi", que me seguía. Al pisar la playa nos fundimos en un abrazo. No paraba de lamerme y yo de acariciarlo. Junté su cabeza con la mía.  Se me puso el nudo en la garganta. A los que observaban la escena les brillaban los ojos de una emoción contagiada. Todos llegaban a la misma conclusión: el perro temió por mi vida. Yo no había reparado en ello. Todavía hoy, al recordarlo, se me pone la piel de gallina. Los animales nos suelen dar a los humanos muchas y hermosas lecciones. Esta, en lo que a mi respecta, para no olvidar. Y para contarla.

sábado, 21 de diciembre de 2013

Luis Mera, insignia de oro de la ciudad de Ferrol


En el momento de escribir estas líneas leo y celebro la noticia de las distinciones que el Ayuntamiento de Ferrol hace todos los años: la de "Ferrolán do ano", que recae en esta ocasión en la Universidade da Coruña y las insignias de oro, una de las cuales lleva para mi, además del mérito y el reconocimiento que ningún ferrolano pondrá en duda, una gran carga de afectos y luchas compartidas a lo largo del último cuarto de siglo, ahora que va a celebrarse precisamente el 25 aniversario del Club de Prensa de Ferrol. Me refiero a Luis Mera que ya traje a estas modestas "acotaciones" en más de una ocasión, la última con motivo del homenaje que un grupo de amigos del periodismo, artes y letras, promovimos. Luis Mera es de esas personas que portan la etiqueta de la grandeza de la humildad, de ahí que al conocer la noticia de la concesión de la medalla de oro de la ciudad lo adivino revolviéndose incómodo entre sus pudores a la luz del pensamiento que siempre ha presidido sus actuaciones que no es otro que el compromiso incondicional con el mundo cultural e intelectual. En su obra como activista, dinamizador e investigador, ha escapado, como el gato escaldado que huye del agua fría, de los protagonismos. Siempre se refugia en el segundo plano, o en la última fila, allí donde se pierda la mirada del otro. Ha sido y es para él una ley de vida, un código de conducta insobornable, uno de los valores que adornan su trayectoria, bañada, como no podía ser de otra manera, de un acendrado sello humanista. Felicito a la Corporación Municipal por esta decisión que aplaudiremos con especial calor en la solemnidad de San Julián, día 7 de enero, en cuyo transcurso se escenificarán estas distinciones, felicitación que hago extensible, obviamente, al resto de los laureados.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Cuarenta años después de que el "Ocean Park" preludiara la catástrofe del "Discoverer Enterprise"


Información publicada por el
periódico local "Ferrol Diario"
Los dos primeros meses del año han marcado sendos episodios de similares características, en la historia de la antigua factoría de Astano. Me refiero a dos accidentes en los que el viento fue capaz de romper amarras y favorecer que dos grandes artefactos, un petrolero y una plataforma de prospección petrolífera, quedasen a la deriva por la ría ferrolana. Es obvio que el que más impacto y daño ocasionó fue el ocurrido el martes 13 de enero de 1998, se cumplirán el mes que viene dieciséis años. El "Discoverer Enterprise", con vientos de 140 kilómetros/hora, avanzó sin rumbo por el lado norte de la bahía y se incrustó en el puente de As Pías, derribando un tramo de 100 metros, dejando a la ciudad en situación muy adversa en materia de comunicaciones por carretera. Pues bien, el día 12 de febrero de 1974, se cumplirán cuarenta años, 24 antes del suceso del "Discoverer Enterprise",  sobre las cinco y media de la madrugada, perdió las amarras el supertanque de 325.000 toneladas de peso muerto "Ocean Park", botado en Astano el 10 de diciembre de ese mismo año para la "Ocean Park Bulcarrier" de Corea del Sur, cuando se encontraba acoderado al muelle inmediato al dique grande de dicha factoría. El petrolero quedó a la deriva dentro de la dársena interior. Esa fue la gran suerte, ya que quedó acuñado: la popa en la pared de un muelle y la proa en la otra. Dos remolcadores que acudieron en su auxilio quedaron cogidos entre el buque y los muelles, teniendo que maniobrar luego para ser rescatados. Las causas que entonces se adujeron eran contradictorias. Una versión apuntaba a que una grúa impulsada por el viento comenzó a deslizarse por los carriles y a su paso tronzó los cables y motivó que el barco quedase a merced del temporal. La otra versión señalaba que el viento reinante hizo saltar las amarras del "Ocean park", que arrastraron después a la grúa. Dieciséis años después del siniestro del "Discoverer Enterprise" y cuarenta del "Ocean Park" no hay peligro de que se vuelva a soltar ningún artefacto naval de Astano. En sus gradas hace tiempo que crece la hierba.