jueves, 31 de enero de 2013

El censo poblacional como fuente de información


El censo de una población viene a ser una especie de termómetro que da pistas sobre la marcha socioeconómica de la misma. Se puede utilizar incluso con cierta lógica empírica como un diagnóstico de situación. En alguna ocasión me he referido en las redes sociales a la pérdida de habitantes sufrida por Ferrol desde el año 1981 hasta nuestros días, período que coincide con la fuerte depresión que sigue a la llamada reconversión naval y que yo definiría con más propiedad como desmantelamiento industrial y militar porque aquí no se ha reconvertido nada. Rectifico -siempre lo pongo de ejemplo- ha habido la reconversión del antiguo hospital militar en campus universitario. Feliz reciclaje. Volviendo a la lectura de los datos, la ciudad de Ferrol desde que entró en vigor el censo en 1842 recoge dos hitos o puntos de inflexión importantes. Entre el censo de 1930 y 1940 se produce un fuerte incremento poblacional. Entonces las cifras son 35.563 h. en 1930 y 59.829 h. en 1940 (+24.266 h.) de los que 15.503 son aportados por el Ayuntamiento de Serantes, producto de su anexión al de Ferrol. El otro foco de atención está en las últimas dos décadas a partir de 1991, en que se produce un descenso espectacular de la población, de 91.764 habitantes en 1991 a 71.997 actual, es decir -19.767 h. Sin duda, nunca se ha dado una merma sostenida en la historia del censo, lo que podría reflejar la gravedad de la situación que va siendo minada progresivamente y continúa al día de hoy a la baja. Las cifras nos sitúan en peor momento que en 1950, que teníamos 77.030 habitantes. Siempre me estoy refiriendo a población de hecho. Por completar la información veamos las únicas caídas que hubo entre períodos y a ver si no nos mareamos con tanto guarismo. De 1887 a 1897 (-744 h.) y de 1950 a 1960 (-2.231 h.) todos los demás tramos son de censo in crescendo hasta llegar al ya mencionado 1981 a partir de cual entramos en la mencionada caída en barrena que no cesa. Es, pues la crisis más larga que hemos padecido desde el siglo XIX y sin visos de solución. El último jarro de agua fría nos los acaban de dar los directivos de la SEPI que nos tapan la boca con lo del dique flotante al aducir que Bruselas nos pone otro veto más, justificado en este caso en que se contravienen directivas comunitarias. No podemos hacer barcos para la marina civil y no podemos crear un gran centro de reparaciones. Condenados al ostracismo productivo en materia de construcción naval, nuestra principal seña de identidad.

martes, 29 de enero de 2013

Los ferrolanos no levantamos cabeza


Los ferrolanos "que se jodan" -parafraseando el exabrupto lanzado en sede parlamentaria por Andrea Fabra- parece decir la UE en cuantas decisiones afectan a esta comarca. Primero nos prohíben hacer barcos, veto que no quiere ser levantado hasta que finalice su vigor en 2015, y ahora nos vienen con que el dique flotante "podría" contravenir la directiva comunitaria. Lo que ocurre es que, lamentablemente, España no cuenta y en esa posición de debilidad -comprobada ya con Zapatero que había tomado el asunto personalmente de manera infructuosa- los astilleros de otros países europeos defienden mejor sus intereses y zancadillean cualquier intento que pueda tener nuestro país de levantar cabeza en el terreno de la construcción naval. Y eso lo hacen porque somos buenos y competitivos. Porque nos temen. La ingeniería puntera y mano de obra cualificada de esta comarca han sido capaces en los períodos más boyantes de la antigua Astano de construir los petroleros más grandes del mundo e incluso más tarde, ya con el veto encima, desarrollar la tecnología offshore haciéndose un hueco entre los mejores astilleros internacionales. Por su parte la antigua Bazán incorporándose en tiempo récord (bajo la sabia dirección de Natalio Rodríguez, jubilado hace ya unos años) a la construcción integrada, con abolición de gremios incluida sin que hubiera movimientos telúricos en el potente sindicalismo que entonces operaba en "La Constructora", mérito que también hay que apuntarle al citado ingeniero naval, fue el primer país del mundo que empezó a construir unidades militares para terceras naciones. Ese es el envidiable balance de nuestros astilleros y por eso nos temen y porque, además, si pensamos en el gran centro de reparaciones de la ría ferrolana nos íbamos a llevar el gato al agua porque estamos situados inmejorablemente, al pie de las grandes rutas atlánticas. El gran problema de Ferrol es que, gobernara el PSOE o el PP, nunca tuvo un peso específico para hacer mover ficha al Gobierno central y por si fuera poco tampoco éste, cuando lo intentó, logró mover posiciones en el seno de la UE. Y ahí estamos desempeñando el papel de pariente pobre, recibiéndolas en el mismo lado y poniendo la otra mejilla, si hace falta. ¿Y la SEPI? Viene ahora, meses después de crearse una comisión de seguimiento, a decir que la UE veta el dique flotante. Y el PP culpa a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales del desaguisado ¿Por qué no destituyen ya a la cúpula directiva si tiene la facultad para hacerlo? Está visto, los ferrolanos no levantamos cabeza.

domingo, 27 de enero de 2013

Un día después


Es obligado un apunte del día después. Día después de haber recibido un baño de afectos y reconocimientos con motivo de la entrega en Santiago (hotel Puerta del camino) del Premio Diego Bernal 2013 con el que me honró por decisión unánime la Asociación de Periodista de Galicia. Cerca de doscientos colegas, según leo en algún diario escrito de hoy, procedentes de toda Galicia, veteranos compañeros de los medios por los que circulé a lo largo de mi trayectoria, directivos de la radio pública y de la radio y televisión de Galicia, Club de Prensa de Ferrol...y entre las autoridades el presidente de la Xunta de Galicia, Núñez Feijóo, el alcalde de Ferrol, José Manuel Rey, el secretario general para la relaciones con los medios Alfonso Cabaleiro y por supuesto Arturo Maneiro, presidente de la APG, organizadora del acontecimiento en el que no faltó detalle, merced al esfuerzo de la directiva de la entidad, que siempre agradeceré. También estaba en la mesa presidencial, Darío Villanueva, secretario de la RAE. Nunca faltan por otro lado, Eva y Nieves, hijas del desaparecido periodista que da nombre al premio. Mi amigo del alma Xoán Barro hizo un repaso a mi carrera profesional y entre él y Feijóo saltó la anécdota simpática de la velada. Arturo Maneiro, en su intervención, dejó entrever que al presidente le habría gustado ser periodista -es un gran seguidor de la radio- y cuando hizo uso de la palabra Xoán Barro manifestó que si al presidente del gobierno gallego le habría gustado ser periodista "a min houberame gustado ser presidente, pero só un mes". Al final Núñez Feijóo entre bromas lo invitó a "cogobernar". Recuerdo imperecedero de esta ceremonia (que viví acompañado de mi familia) y de un premio que da categoría a mi vida profesional y a mi compromiso con Ferrol, ciudad que me vio nacer y en la que siempre he ejercido. Después de lo vivido solo tengo palabras de infinita gratitud.

viernes, 25 de enero de 2013

Un premio


Mañana u hoy, según se lea en viernes o sábado, voy a recibir un premio importante en el hotel Puerta del Camino de Santiago. Es el Premio Diego Bernal que me lo entrega la Asociación de Periodistas de Galicia, presidida por Arturo Maneiro, cuya junta directiva avaló por unanimidad mi candidatura para la edición 2013. Es un galardón de categoría, concedido por compañeros, circunstancia que a mi entender le añade un plus importantísimo. Si nunca trabajé pensando en premios, si en algún momento lo hubiera hecho, el Diego Bernal lo situaría en un nivel superior, lejos de mi alcance. No hay más que ver mis predecesores: desde Pilar Cernuda, el año anterior, pasando por Martín Ferrand, Pepe Domingo Castaño, Augusto Assía, Camilo José Cela, Santiago Rey Fernandez Latorre, Perfecto Conde...Intuyo que el hecho de haber puesto en marcha con éxito el Diario de Ferrol tuvo un peso específico en la decisión del jurado, por eso quiero resaltar que el equipo que en su momento reuní y que conmigo obró el milagro de tumbar muros de escepticismo y sacar adelante un producto muy digno, como merecían los ferrolanos, ese equipo: periodistas, firmas colaboradoras, comerciales, repartidores, administrativos, todos, reciben también el Premio Diego Bernal 2013. Mañana, u hoy, tocará hablar de esto en Puerta del Camino, pero quiero dejar este anticipo en mi blog personal, porque sí, porque los honores hay que saber administrarlos y sobre todo hacer justicia con ellos. En mi turno expondré otras consideraciones e incluso me acordaré de mis  seguidores en las redes sociales que con su lealtad me están haciendo vivir una nueva etapa de un periodismo diferente, del universo digital, que parece ser o es ya el signo del presente y lo será mucho más del futuro. Recuperaremos el contacto con la resaca a cuestas de las emociones y después de haber vivido una jornada de recuerdo imperecedero. Ah, y conmigo estará para presentar el "libro" de mi vida profesional, mi amigo del alma, crack (jubilado como yo) de la TVE, Juan Barro.

miércoles, 23 de enero de 2013

Escéptico, como buen ferrolano


Yo hago una profesión de fe y quiero creer que lo que se anuncia para Ferrol llegue, aunque el escepticismo, como a cualquier ferrolano que se precie, me invade por todos los poros. En los últimos meses se ha venido hablando de que Navantia se haría con unos encargos de la petrolera mexicana PEMEX, de que el dique flotante está al caer y de que el tren a Caneliñas avanza por los túneles rocosos de los presupuestos en tiempos de crisis. En cuanto concierne al tren ya se licitó recientemente el proyecto con una partida de 1,2 millones, no obstante las otras dos promesas "flotan" (dique flotante y floteles) en el ambiente, pero nada tangible por el momento. Y el escepticismo ¿por qué?  En diversas ocasiones desde que se decretó la llamada reconversión, van allá tres décadas, se ha hablado de proyectos que, tristemente, al final nunca se cumplieron. Recuerdo por ejemplo la fábrica de vidrio italiana (SIV) que ocuparía terrenos de la antigua Astano y en la que se invertirían 16.000 millones de las antiguas pesetas con creación de 379 puestos de trabajo. Llegó a "espicharse" un gran letrero indicador en el recinto fabril mirando a la carretera de As Pías para que lo viésemos bien. Ríos de tinta, titulares, reportajes. Se desgranaron todos los géneros periodísticos. Incluso trabajadores excedentes del astillero de Perlío se desplazaron a Italia para hacer un curso de adaptación. Hasta hoy.  Llegó a hablarse de que Alúmina, que luego se asentó en San Ciprián (Lugo), podría venir a Ferrol, una celulosa, un griego que iba a comprar Astano y que sé yo cuantas milongas más. Menos mal que Bazán (Navantia-Ferrol) se hizo con un buen nicho de mercado en las construcciones navales militares, situándose entre los primeros del mundo, pero al final aquella tela se cortó toda y hoy empieza a crecer la hierba al pie de las "machinas" (grúas). Todos los partidos jugaron con el futuro de Ferrol en sus campañas electorales. Humo que el viento se llevó. ¿Cómo no vamos a ser escépticos los ferrolanos?

lunes, 21 de enero de 2013

Las vicisitudes históricas del Ateneo Ferrolán



Guillermo Llorca, en su etapa de presidente, y Camilo Nogueira
No parece que el Ateneo, una entidad que es motivo de orgullo en muchas ciudades españolas, tenga en Ferrol los vientos a favor. Por unas razones u otras, a lo largo de su historia ha sufrido diversos avatares, aunque hay que subrayar que la época actual, después de la refundación en 1979, ha sido la más duradera, algo más de tres décadas. En tres ocasiones tuvo Ferrol su Ateneo, el primero creado en el año 1878, con duración de seis meses, el segundo en 1902 para desaparecer tres después y hasta 1933 no vuelve a resurgir en su tercera edición para desaparecer en el 1936 con la Guerra Civil. Cuando renacía el Ateneo actual, el Cronista Oficial de la Ciudad, Ricardo Nores, expresaba en el desaparecido Ferrol Diario su temor a que la refundación pudiera ser flor de un día, tomando como precedente la característica intermitente de su anterior trayectoria. Las razones de sus desapariciones y reapariciones eran siempre las mismas, según el citado cronista, esto es, la indiferencia y escaso respaldo de los socios. No obstante, la cuarta edición del Ateneo surgió con pujanza, coincidiendo con el advenimiento de la democracia y la efervescencia del libre asociacionismo, tras la muerte del dictador. A lo largo de más de treinta años tuvo sus altos y bajos, como suele suceder en este tipo de entidades, pero siempre ha tenido una masa social considerable. Ahora, con la reforma y ampliación de la sede, prometía recuperar el brío de sus mejores etapas, al disponer de un local mucho más funcional y atractivo, con los espacios mejor distribuidos, pero la concejalía de Cultura ha decidido eliminar la exclusividad del Ateneo en la ocupación de la sede para repartirla con otras dos entidades, una cultural y la otra vecinal. La iniciativa dio lugar a muchas lecturas toda vez que se pretendía o pretende eliminar el nombre del Ateneo para sustituirlo por el genérico de complejo cívico Concepción Arenal, o algo así. Yo lamento profundamente el conflicto surgido como lamento el que no se haya llegado a un acuerdo. Lo he dicho en otra ocasión, soy socio fundador y he sido miembro de la segunda directiva allá por los años 80, soy por tanto de corazón ateneísta. Es más, fui facultado por un familiar, que tenía la propiedad de la vivienda, para ceder en alquiler simbólico el piso de la calle del Sol que sirvió como primera y eventual sede de la histórica entidad. Hubiera deseado que el Ateneo recuperase su poderío cultural en el rehabilitado edificio y que en todo caso se negociase algún tipo de condición para los usos, pero veo que la situación se mantuvo inamovible y recientemente, en el curso de un pleno del Concello, se consumó el reparto de la sede de Magdalena, con protesta, visible en la sala, de socios y personal ateneísta. Mal desenlace.

domingo, 20 de enero de 2013

Días de vino y rosas en los astilleros

La foto corresponde a la botadura en la antigua Astano
del petrolero Arteaga en abril de 1972
A lo largo de mi trayectoria he seguido toda la actividad de la antigua Astano, primero cubriendo información para Ferrol Diario y en las etapas sucesivas en los distintos medios por los que pasé, Faro de Vigo y La Voz de Galicia. He sido testigo del momento esplendoroso de este astillero cuando, paradójicamente, ya se venía hablando de manera reiterada de la crisis de la construcción naval. Astano, en la antesala del declive, llegó a botar auténticas moles de acero, de más de trescientas mil toneladas. Los japoneses, incrédulos, venían a ver como se lanzaban al mar -ellos construían en dique flotante- estos gigantescos baluartes. Pensaban que el barco tenía que partirse en dos en el momento de tener parte del cuerpo en el mar y la otra parte todavía en las gradas, durante el deslizamiento. He asistido a muchas botaduras y al cabo del tiempo era una ceremonia rutinaria, pero confieso que cuando se botaron los petroleros mayores el acontecimiento se tornaba emocionante. Las botaduras se convertían a la sazón en una fiesta a la que se invitaba a trabajadores, familiares y público en general y a fe que se congregaban enormes multitudes. Buena prueba de ello es la foto que ilustra estas líneas. Lamentablemente, los días de vino y rosas en  los astilleros de la ría ferrolana tocaron a su fin en los años ochenta cuando se decreta la llamada reconversión y la CE veta al astillero para construir buques mercantes. Ahí se inicia la decadencia económica de Ferrolterra, comarca que dependía exclusivamente del monocultivo. Quedó muy mermada la antigua Bazán, hoy Navantia, que orientó su producción al sector de construcciones navales militares. Astano tuvo un período de fabricación de artefactos offshore dedicados a la extracción del crudo, para terminar en el ostracismo y hoy, con una plantilla mínima, en labores de apoyo a la histórica Empresa Nacional Bazán. El dique que se viene reivindicando para convertir la ría en un gran centro de reparaciones es elemental. La Administración tendría que hacer un esfuerzo.  El Estado sigue teniendo una deuda con esta comarca. No por repetirlo debe de perder valor.
http://www.youtube.com/watch?v=TZ-SWBhZOhc