Ayer
se recogía la noticia en algunos digitales. Unanimidad en el Congreso para
instar al Gobierno a la revalorización de las pensiones. Y, ojo al dato, era
una propuesta de Izquierda Plural. Con independencia del contenido y la metodología utilizada en el debate, me quedo con el concepto de la unanimidad o, mejor dicho, la unidad, rara avis cuando en los tiempos
que corren debería de ser el arma principal en la lucha contra la crisis. Aquí
es en donde se refleja la miseria política, la pobreza de espíritu de los
partidos. Con un país en la bancarrota económica, un deterioro social
galopante, al borde de un ataque de nervios por utilizar el símil de esencias
almodovareñas, con veleidades secesionistas en el peor de los momentos y brotes
de militares golpistas como réplica, hundidos en la dictadura de la austeridad impuesta por Alemania y
sin esperanzas a plazo corto, las formaciones políticas campan a sus anchas, cada uno por su
lado, en este erial en el que se ha convertido España. La crisis debiera de ser,
desde hace ya tiempo, objeto de un acuerdo similar a los recordados pactos de
la Moncloa o mismo, salvando las diferencias, a otros consensos posteriores,
entre ellos los conseguidos para preservar el fondo de las pensiones (pacto de
Toledo) o para luchar contra el terrorismo. Nada descabellado eso último,
porque, de hecho, empieza a haber riesgos de muerte y por supuesto ha cobrado
dramática actualidad la alienación y exclusión social. Si en el peor momento de
nuestra joven democracia los partidos no son capaces de sumar esfuerzos e
ideas, es evidente que la historia los juzgará por el daño de imprevisibles
consecuencias que están infligiendo a la ciudadanía y será una muestra de deplorable
invalidez sobre la que sentirán vergüenza ajena las futuras generaciones.
miércoles, 31 de octubre de 2012
martes, 30 de octubre de 2012
La inevitable caída del gasto familiar
La encuesta de presupuestos familiares que acaba
de publicar el INE nos sitúa en un claro descenso del gasto en los hogares
españoles. No podía ser de otra manera teniendo en cuenta que la cifra de
parados va en aumento y la pérdida del poder adquisitivo por la moderación
salarial es una circunstancia objetiva y palpable. La cadena de consumo va
perdiendo eslabones, incluso teniendo como factor añadido el fenómeno del retraimiento
ante la incertidumbre que días tras día y mes tras mes nos dibuja el panorama
de la crisis, sometida cerrilmente a la dictadura de la austeridad traducida en
recortes y reformas que tienden a sacrificar a las economías medias, mucho más
a las vulnerables clases humildes. Y lo grave es que la caída del gasto familiar
lleva velocidad de vértigo, muy por encima de lo previsto, según los analistas
y plumas especializadas en la estadística. Un auténtico termómetro o indicador
clave es el comercio al por menor que en el mes de septiembre cae un 12%. No se
descarta lo que llaman el efecto anticipación registrado en el mes de agosto ante la subida del IVA en virtud del cual las familias hacen compra abultada para
esquivar el incremento inminente del citado impuesto, pero es evidente que obran también
las causas que al principio se enumeran del paro y la merma en el poder
adquisitivo. Un caso peculiar que se destaca, al menos en el caso de Galicia,
es que el gasto solo sube en los hogares sustentados por jubilados en el período
que media entre el 2006 y el 2011, registrando un incremento de un 1,3%,
mientras que en España cae el 3,5%. Es fácil pensar lo que puede ocurrir con esta tabla de salvación si Mariano Rajoy tiene la
tentación de tocar también a los ingresos de los pensionistas.
lunes, 29 de octubre de 2012
La sombra del terrorismo
Ya
nos hemos acostumbrado a la ausencia de la violencia etarra, ya el terrorismo
no figura en la relación de las preocupaciones de los ciudadanos españoles, ya
se han retirado numerosas escoltas, ya va desapareciendo la psicosis...aunque
las heridas ocasionadas por tantas muertes sin razón y la fractura social
generada en el seno de la sociedad vasca están muy presentes en la memoria
colectiva, mientras que, por otro lado, la banda sigue sin entregar todavía las
armas. No obstante, cuando, como en este fin de semana, surgen titulares
relacionados con la detención de etarras vuelve a situarse ante nosotros la alargada sombra de la muerte, del tiro en la nuca, de la bomba lapa, de la extorsión y
los secuestros, en fin, las cuentas negras de un rosario de barbaridades
cometidas en las últimas décadas, por las cuales los asesinos deben de pagar el
correspondiente precio. Al hilo de las detenciones, también se pone sobre el
tapete el admirable comportamiento de las autoridades galas, cuya colaboración
ha sido decisiva en la derrota del terrorismo. El propio ministro del interior francés
remarca que mientras España se lo pida continuará contribuyendo a desmontar los
últimos reductos de la banda que históricamente tomó el vecino país como
refugio. Aunque la nueva situación de abandono definitivo de la violencia exija
la revisión de algunas medidas, no ha dejar de subrayarse que la acción
contra ETA continúa, que no se ha bajado la guardia y que el final de este tipo
de actuaciones sobrevendrá cuando los etarras entreguen armas y municiones con
las que todavía se arropan como acabamos de ver.
domingo, 28 de octubre de 2012
Claves para la crónica de la desesperación
Es probable que tenga que crecer la estadística
de suicidios y que el pueblo liso y llano tenga que saltar a la calle -como ya se
viene haciendo, pero en estampida más sonora- y se enfrente a los ejecutores cada
vez que suenen las campanas de alarma de un nuevo desahucio en cualquier ciudad
de España, para que se articule algún tipo de salida al gravísimo problema. No
es una nueva consecuencia de la crisis, antes bien es la consecuencia del paro
que arrastra a familias enteras a la
pobreza y a la exclusión social. Se quedan sin trabajo y sin vivienda, ambos
derechos que consagra la Constitución. Los últimos datos son aterradores, como
todo el mundo sabe. Al día se producen 526 desahucios. Es la tragedia que se
ceba en el sector más vulnerable y lo que resulta indignante sin que los políticos
hagan nada por remover la ley, que está concebida para situaciones normales,
tiempos de bonanza, circunstancias que nada tienen que ver con la realidad
actual. Sí, se ha decretado la dación en pago, pero bajo la condición de que
los bancos la acepten. El resultado está a la vista, ha crecido el número de
afectados. A esos bancos a los que tenemos todos que inyectarles dinero les
importa un bledo este gran drama, que se va convirtiendo en una bola de fuego
de efectos imprevisibles. Tampoco se quiere aplicar la normativa internacional
que frena la medida por motivos humanitarios. En suma, el desastre económico y
social que nos envuelve tiene varios frentes abiertos en los que a diario
se cierne la tragedia, mientras que los gestores de la crisis miran para el
otro lado, la UE como el BCE invierten millonadas en nuevas sedes y Alemania, en complot con
otros países del norte, sigue imponiendo la dictadura de la austeridad en las
naciones del sur. Claves para la crónica de la desesperación.
sábado, 27 de octubre de 2012
El fantasma de la emigración
Mañana
tengo una reunión familiar. Mis primos de la Terra Cha me han convocado para
almorzar juntos acompañando al único tío, materno en este caso, que me queda, el tío Nicolás,
nonagenario. Hasta aquí la referencia es
irrelevante, pertenece al ámbito personal. El asunto lo saco a colación porque
el tío Nicolás se desplaza desde Argentina, a donde emigró siendo muy joven. Desde entonces viajó con relativa frecuencia
al lugar de origen para sumergirse en sus raíces, en los escenarios de su
infancia y adolescencia, para dar rienda suelta a la nostalgia y la saudade, para
retornar a un pasado bañado en bucolismo, en recuerdos de familia, en momentos
vitales, pero enmarcados en la extrema precariedad en la que se desenvolvía la
España de la pre y posguerra.
Mis progenitores -mi padre vino destinado a la parroquia ferrolana de Esmelle
en donde ejerció el magisterio durante treinta años- habían nacido en Os
Vilares de Guitiriz, tanto por una rama como por otra son familias supernumerosas,
de diez a doce hermanos y una buena parte dejaron depositadas sus cenizas muy
lejos de su tierra natal: Argentina, Estados Unidos, Costa Rica, Cuba. Después
de años de bonanza, España vuelve a vivir circunstancias que pertenecían a un tiempo pretérito. Muchos ciudadanos, sobre todo jóvenes, ya han emprendido el viaje a
lo desconocido en busca de la supervivencia económica, como hicieran nuestros
ancestros en su afán de salir adelante y darnos a sus descendientes un futuro
mejor. Pero la emigración tiene un precio, el desarraigo de la tierra propia,
el trastorno emocional y sentimental, la marca psicológica que deja el vivir
lejos de los orígenes. El tío Nicolás reproduce la misma historia. Viene en
esta ocasión pensando que su edad avanzada pueda que le impida repetir la
experiencia. Y quiere vivir unas horas de emoción, rodeado del cariño de los
suyos que aquí se quedaron. Sé que esta aportación que hoy suscribo lleva el
sello de la melancolía, pero ¿cuál es el estado de ánimo de la España actual,
que no sea el de la desazón social y la melancolía, cuando no de tristeza y
desesperación? Estoy convencido de que el tío Nicolás, conocedor del momento
que vivimos, como hombre curtido en la diáspora, nos animará, nos indicará el
camino: sacar fuerzas de flaqueza y mirar con coraje y empeño hacia el futuro. No hay otro.
viernes, 26 de octubre de 2012
El drama, cada vez mayor drama
Hoy el
comentario no puede ser otro que el del drama del paro. Estamos a la cola de
Europa y homologados con Sudáfrica. Según la Encuesta de Población Activa (EPA)
en España hay 5.778.100 desempleados, es
decir, uno de cada cuatro españoles está sin trabajo. El propio Ejecutivo nos
preparaba ayer filtrando que los datos que hoy se conocerían eran alarmantes.
Para que no nos pillara de sorpresa. Pues, esta y no otra es la realidad de
este país, que está sumergido en la austeridad, o sea, ajuste tras ajuste, ERE
que ERE por obra y gracia de unas políticas de la UE, entiéndase Alemania, que
están consiguiendo el objetivo de que cada día que transcurre los ricos sean
mucho más ricos y los pobres mucho más pobres, desigualdad social in crescendo,
con una clase media que se desliza por la pendiente de la precariedad y una
población juvenil que no puede emanciparse y que tiene como porvenir inmediato
la emigración. Todo ello gracias a ese desalmado poder financiero que ahora nos
obliga a los perjudicados e inocentes de esta operación a contribuir a salvarlo
de la debacle. Tiene bemoles la cosa. Y nuestros gobernantes, fieles a ese
capitalismo salvaje, nos endosan una y otra vez medidas asfixiantes cuyos
primeros resultados nos dicen que se verán un "año
siguiente", pura entelequia para calmar los ánimos cada vez más
encendidos. Hace unos días, Funcas (Fundación de Cajas de Ahorro) apuntaba
que el paro todavía crecerá bastante más hasta llegar a superar el 27% para el el año que viene, en este caso real, en el que, según los políticos de turno, empezarán a
surgir los brotes verdes. En fin, panorama desolador con este nuevo aldabonazo
de la EPA producido un viernes, fecha negra del calendario español, marcada por
las reuniones semanales de los consejos de ministros de cuyas sesiones no salen más que iniciativas que destruyen progresivamente el estado de bienestar.
jueves, 25 de octubre de 2012
Penosa imagen
No me puedo
creer la que se está liando con una posible intervención militar en Cataluña. Ya
toqué este asunto en un par de ocasiones, pero es que el tema cobra cada día que pasa nueva dimensión, basada en un imaginario
ataque de las Fuerzas Armadas como respuesta al ultimátum de Mas. Hasta un
grupo de eurodiputados tienen miedo y escriben una carta pidiendo que Rajoy desmienta
estas supuestas acciones. A todo esto un catalán de IU creo que ha dicho en una
radio que cuando pasan los aviones por encima de Barcelona siente un hormigueo
o algo parecido. El expresidente Aznar también ha terciado, faltaría más,
aconsejando a su discípulo Rajoy a que haga las reformas necesarias antinacionalistas
para cerrar la puerta a la deriva secesionista. En fin, una espiral de despropósitos
que arrancan cuando a unos militares en la reserva se les ocurre soltar la
amenaza de intervención militar ante la bravuconada, todo hay que decirlo, de
Mas que un día después de la Diada se levanta decidido a plantear el plan
soberanista sí o sí, por encima de interpretaciones legales y de lo que haga
falta. Y es entonces cuando se organiza todo este lío virtual. Se especula, no
sin razón, de que Mas plantea el debate para tapar el fracaso de su gestión y
lo hace escenificando una aparente firmeza en el reto. La iniciativa les viene
al pelo a unos militares en la reserva con veleidades golpistas que advierten
de la posibilidad de intervención de las FFAA haciendo una interesada
interpretación de la Constitución. Y el Gobierno de Rajoy calla y no los
reprende cuando tenía sobradas razones porque llegan a insultar y degradar a su
ministro de Defensa. El silencio gubernamental, otra de las claves. Interesa
que cundan estos mensajes. Y ahí nos encontramos el resto de los ciudadanos
entre un Mas que se suelta la melena de malas formas, unos insensatos con
galones, aunque estén retirados, que entran al trapo (ya les tardaba) y
amenazan con sacar los tanques y un Rajoy que con su actitud pasiva
"jalea" el enredo, que tampoco viene mal para sus intereses a la
vista de la que le está cayendo con la gestión de la crisis. A veces pienso que
no les falta razón a los analistas extranjeros cuando nos retratan como un país
de pandereta y castañuela. Penosa imagen.
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