miércoles, 31 de octubre de 2012

La unidad, rara avis


Ayer se recogía la noticia en algunos digitales. Unanimidad en el Congreso para instar al Gobierno a la revalorización de las pensiones. Y, ojo al dato, era una propuesta de Izquierda Plural. Con independencia del contenido y la metodología utilizada en el debate, me quedo con el concepto de la unanimidad o, mejor dicho, la unidad, rara avis cuando en los tiempos que corren debería de ser el arma principal en la lucha contra la crisis. Aquí es en donde se refleja la miseria política, la pobreza de espíritu de los partidos. Con un país en la bancarrota económica, un deterioro social galopante, al borde de un ataque de nervios por utilizar el símil de esencias almodovareñas, con veleidades secesionistas en el peor de los momentos y brotes de militares golpistas como réplica, hundidos en la dictadura de la austeridad impuesta por Alemania y sin esperanzas a plazo corto, las formaciones políticas campan a sus anchas, cada uno por su lado, en este erial en el que se ha convertido España. La crisis debiera de ser, desde hace ya tiempo, objeto de un acuerdo similar a los recordados pactos de la Moncloa o mismo, salvando las diferencias, a otros consensos posteriores, entre ellos los conseguidos para preservar el fondo de las pensiones (pacto de Toledo) o para luchar contra el terrorismo. Nada descabellado eso último, porque, de hecho, empieza a haber riesgos de muerte y por supuesto ha cobrado dramática actualidad la alienación y exclusión social. Si en el peor momento de nuestra joven democracia los partidos no son capaces de sumar esfuerzos e ideas, es evidente que la historia los juzgará por el daño de imprevisibles consecuencias que están infligiendo a la ciudadanía y será una muestra de deplorable invalidez sobre la que sentirán vergüenza ajena las futuras generaciones.  

  

martes, 30 de octubre de 2012

La inevitable caída del gasto familiar

La encuesta de presupuestos familiares que acaba de publicar el INE nos sitúa en un claro descenso del gasto en los hogares españoles. No podía ser de otra manera teniendo en cuenta que la cifra de parados va en aumento y la pérdida del poder adquisitivo por la moderación salarial es una circunstancia objetiva y palpable. La cadena de consumo va perdiendo eslabones, incluso teniendo como factor añadido el fenómeno del retraimiento ante la incertidumbre que días tras día y mes tras mes nos dibuja el panorama de la crisis, sometida cerrilmente a la dictadura de la austeridad traducida en recortes y reformas que tienden a sacrificar a las economías medias, mucho más a las vulnerables clases humildes. Y lo grave es que la caída del gasto familiar lleva velocidad de vértigo, muy por encima de lo previsto, según los analistas y plumas especializadas en la estadística. Un auténtico termómetro o indicador clave es el comercio al por menor que en el mes de septiembre cae un 12%. No se descarta lo que llaman el efecto anticipación registrado en el mes de agosto ante la subida del IVA en virtud del cual las familias hacen compra abultada para esquivar el incremento inminente del citado impuesto, pero es evidente que obran también las causas que al principio se enumeran del paro y la merma en el poder adquisitivo. Un caso peculiar que se destaca, al menos en el caso de Galicia, es que el gasto solo sube en los hogares sustentados por jubilados en el período que media entre el 2006 y el 2011, registrando un incremento de un 1,3%, mientras que en España cae el 3,5%. Es fácil pensar lo que puede ocurrir con esta tabla de salvación si Mariano Rajoy tiene la tentación de tocar también a los ingresos de los pensionistas.

lunes, 29 de octubre de 2012

La sombra del terrorismo


Ya nos hemos acostumbrado a la ausencia de la violencia etarra, ya el terrorismo no figura en la relación de las preocupaciones de los ciudadanos españoles, ya se han retirado numerosas escoltas, ya va desapareciendo la psicosis...aunque las heridas ocasionadas por tantas muertes sin razón y la fractura social generada en el seno de la sociedad vasca están muy presentes en la memoria colectiva, mientras que, por otro lado, la banda sigue sin entregar todavía las armas. No obstante, cuando, como en este fin de semana, surgen titulares relacionados con la detención de etarras vuelve a situarse ante nosotros la alargada sombra de la muerte, del tiro en la nuca, de la bomba lapa, de la extorsión y los secuestros, en fin, las cuentas negras de un rosario de barbaridades cometidas en las últimas décadas, por las cuales los asesinos deben de pagar el correspondiente precio. Al hilo de las detenciones, también se pone sobre el tapete el admirable comportamiento de las autoridades galas, cuya colaboración ha sido decisiva en la derrota del terrorismo.  El propio ministro del interior francés remarca que mientras España se lo pida continuará contribuyendo a desmontar los últimos reductos de la banda que históricamente tomó el vecino país como refugio. Aunque la nueva situación de abandono definitivo de la violencia exija la revisión de algunas medidas, no ha dejar de subrayarse que la acción contra ETA continúa, que no se ha bajado la guardia y que el final de este tipo de actuaciones sobrevendrá cuando los etarras entreguen armas y municiones con las que todavía se arropan como acabamos de ver.

domingo, 28 de octubre de 2012

Claves para la crónica de la desesperación

Es probable que tenga que crecer la estadística de suicidios y que el pueblo liso y llano tenga que saltar a la calle -como ya se viene haciendo, pero en estampida más sonora- y se enfrente a los ejecutores cada vez que suenen las campanas de alarma de un nuevo desahucio en cualquier ciudad de España, para que se articule algún tipo de salida al gravísimo problema. No es una nueva consecuencia de la crisis, antes bien es la consecuencia del paro que arrastra  a familias enteras a la pobreza y a la exclusión social. Se quedan sin trabajo y sin vivienda, ambos derechos que consagra la Constitución. Los últimos datos son aterradores, como todo el mundo sabe. Al día se producen 526 desahucios. Es la tragedia que se ceba en el sector más vulnerable y lo que resulta indignante sin que los políticos hagan nada por remover la ley, que está concebida para situaciones normales, tiempos de bonanza, circunstancias que nada tienen que ver con la realidad actual. Sí, se ha decretado la dación en pago, pero bajo la condición de que los bancos la acepten. El resultado está a la vista, ha crecido el número de afectados. A esos bancos a los que tenemos todos que inyectarles dinero les importa un bledo este gran drama, que se va convirtiendo en una bola de fuego de efectos imprevisibles. Tampoco se quiere aplicar la normativa internacional que frena la medida por motivos humanitarios. En suma, el desastre económico y social que nos envuelve tiene varios frentes abiertos en los que a diario se cierne la tragedia, mientras que los gestores de la crisis miran para el otro lado, la UE como el BCE invierten millonadas en nuevas sedes y Alemania, en complot con otros países del norte, sigue imponiendo la dictadura de la austeridad en las naciones del sur. Claves para la crónica de la desesperación.

sábado, 27 de octubre de 2012

El fantasma de la emigración


Mañana tengo una reunión familiar. Mis primos de la Terra Cha me han convocado para almorzar juntos acompañando al único tío, materno en este caso, que me queda, el tío Nicolás, nonagenario. Hasta aquí la referencia es irrelevante, pertenece al ámbito personal. El asunto lo saco a colación porque el tío Nicolás se desplaza desde Argentina, a donde emigró siendo muy joven.  Desde entonces viajó con relativa frecuencia al lugar de origen para sumergirse en sus raíces, en los escenarios de su infancia y adolescencia, para dar rienda suelta a la nostalgia y la saudade, para retornar a un pasado bañado en bucolismo, en recuerdos de familia, en momentos vitales, pero enmarcados en la extrema precariedad en la que se desenvolvía la España de la pre y posguerra. Mis progenitores -mi padre vino destinado a la parroquia ferrolana de Esmelle en donde ejerció el magisterio durante treinta años- habían nacido en Os Vilares de Guitiriz, tanto por una rama como por otra son familias supernumerosas, de diez a doce hermanos y una buena parte dejaron depositadas sus cenizas muy lejos de su tierra natal: Argentina, Estados Unidos, Costa Rica, Cuba. Después de años de bonanza, España vuelve a vivir circunstancias que pertenecían a un tiempo pretérito. Muchos ciudadanos, sobre todo jóvenes, ya han emprendido el viaje a lo desconocido en busca de la supervivencia económica, como hicieran nuestros ancestros en su afán de salir adelante y darnos a sus descendientes un futuro mejor. Pero la emigración tiene un precio, el desarraigo de la tierra propia, el trastorno emocional y sentimental, la marca psicológica que deja el vivir lejos de los orígenes. El tío Nicolás reproduce la misma historia. Viene en esta ocasión pensando que su edad avanzada pueda que le impida repetir la experiencia. Y quiere vivir unas horas de emoción, rodeado del cariño de los suyos que aquí se quedaron. Sé que esta aportación que hoy suscribo lleva el sello de la melancolía, pero ¿cuál es el estado de ánimo de la España actual, que no sea el de la desazón social y la melancolía, cuando no de tristeza y desesperación? Estoy convencido de que el tío Nicolás, conocedor del momento que vivimos, como hombre curtido en la diáspora, nos animará, nos indicará el camino: sacar fuerzas de flaqueza y mirar con coraje y empeño hacia el futuro. No hay otro.

viernes, 26 de octubre de 2012

El drama, cada vez mayor drama

Hoy el comentario no puede ser otro que el del drama del paro. Estamos a la cola de Europa y homologados con Sudáfrica. Según la Encuesta de Población Activa (EPA) en España hay  5.778.100 desempleados, es decir, uno de cada cuatro españoles está sin trabajo. El propio Ejecutivo nos preparaba ayer filtrando que los datos que hoy se conocerían eran alarmantes. Para que no nos pillara de sorpresa. Pues, esta y no otra es la realidad de este país, que está sumergido en la austeridad, o sea, ajuste tras ajuste, ERE que ERE por obra y gracia de unas políticas de la UE, entiéndase Alemania, que están consiguiendo el objetivo de que cada día que transcurre los ricos sean mucho más ricos y los pobres mucho más pobres, desigualdad social in crescendo, con una clase media que se desliza por la pendiente de la precariedad y una población juvenil que no puede emanciparse y que tiene como porvenir inmediato la emigración. Todo ello gracias a ese desalmado poder financiero que ahora nos obliga a los perjudicados e inocentes de esta operación a contribuir a salvarlo de la debacle. Tiene bemoles la cosa. Y nuestros gobernantes, fieles a ese capitalismo salvaje, nos endosan una y otra vez medidas asfixiantes cuyos primeros resultados nos dicen que se verán un "año siguiente", pura entelequia para calmar los ánimos cada vez más encendidos. Hace unos días, Funcas (Fundación de Cajas de Ahorro) apuntaba que el paro todavía crecerá bastante más hasta llegar a superar el 27% para el el año que viene, en este caso real, en el que, según los políticos de turno, empezarán a surgir los brotes verdes. En fin, panorama desolador con este nuevo aldabonazo de la EPA producido un viernes, fecha negra del calendario español, marcada por las reuniones semanales de los consejos de ministros de cuyas sesiones no salen más que iniciativas que destruyen progresivamente el estado de bienestar.

jueves, 25 de octubre de 2012

Penosa imagen


No me puedo creer la que se está liando con una posible intervención militar en Cataluña. Ya toqué este asunto en un par de ocasiones, pero es que el tema  cobra cada día que  pasa nueva dimensión, basada en un imaginario ataque de las Fuerzas Armadas como respuesta al ultimátum de Mas. Hasta un grupo de eurodiputados tienen miedo y escriben una carta pidiendo que Rajoy desmienta estas supuestas acciones. A todo esto un catalán de IU creo que ha dicho en una radio que cuando pasan los aviones por encima de Barcelona siente un hormigueo o algo parecido. El expresidente Aznar también ha terciado, faltaría más, aconsejando a su discípulo Rajoy a que haga las reformas necesarias antinacionalistas para cerrar la puerta a la deriva secesionista. En fin, una espiral de despropósitos que arrancan cuando a unos militares en la reserva se les ocurre soltar la amenaza de intervención militar ante la bravuconada, todo hay que decirlo, de Mas que un día después de la Diada se levanta decidido a plantear el plan soberanista sí o sí, por encima de interpretaciones legales y de lo que haga falta. Y es entonces cuando se organiza todo este lío virtual. Se especula, no sin razón, de que Mas plantea el debate para tapar el fracaso de su gestión y lo hace escenificando una aparente firmeza en el reto. La iniciativa les viene al pelo a unos militares en la reserva con veleidades golpistas que advierten de la posibilidad de intervención de las FFAA haciendo una interesada interpretación de la Constitución. Y el Gobierno de Rajoy calla y no los reprende cuando tenía sobradas razones porque llegan a insultar y degradar a su ministro de Defensa. El silencio gubernamental, otra de las claves. Interesa que cundan estos mensajes. Y ahí nos encontramos el resto de los ciudadanos entre un Mas que se suelta la melena de malas formas, unos insensatos con galones, aunque estén retirados, que entran al trapo (ya les tardaba) y amenazan con sacar los tanques y un Rajoy que con su actitud pasiva "jalea" el enredo, que tampoco viene mal para sus intereses a la vista de la que le está cayendo con la gestión de la crisis. A veces pienso que no les falta razón a los analistas extranjeros cuando nos retratan como un país de pandereta y castañuela. Penosa imagen.